El observatorio ciudadano RitmeNatura del LGAI, con el apoyo del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC), ha detectado que 214 especies de plantas han florecido cuando no les tocaba en Cataluña entre julio de 2023 y junio de 2024 debido al calentamiento global.
En cuanto a este otoño, la tendencia se ha mantenido y desde mediados de septiembre se ha vuelto a detectar casi 60 especies sacando flor cuando no les tocaba. Árboles frutales, viña, estepas, rosas, albariños, ginestes o malvas, entre otros, han sufrido adelantamientos florales, así como periodos de segundas floraciones en una estación del año que no corresponde –algunas plantas han confundido el otoño y la primavera–.
Concretamente, las especies que han sido más citadas durante este periodo floreciendo cuando no les tocaba han sido la ginesta, la calcida blanca, el brezo de invierno, la ciruelo y la siempreviva.
Para hacer un seguimiento de esta situación de la mano de la concienciación ambiental, el observatorio ciudadano RitmoNatura pone en marcha este curso 2024-2025 un nuevo proyecto, FenoRural, que hace un llamamiento a la participación de la población de zonas rurales y permitirá visitar varios institutos de estas regiones con el fin de intentar recibir datos cenológicos de toda Cataluña durante los próximos dos años.
Más afectaciones en el litoral
Aunque el cambio climático afecta de manera muy desigual según la zona, se ha visto plantas con flores fuera de su época habitual en gran parte de Cataluña. El voluntariado de RitmoNatura ha registrado anomalías en 35 comarcas y 138 municipios diferentes entre julio de 2023 y junio de 2024.
“En concreto, las comarcas con mayor porcentaje de floraciones anómalas son el Baix Empordà, el Montsià y el Tarragonès, donde aproximadamente una de cada diez observaciones fenológicas recogidas mostraba una floración fuera de la época habitual. En cambio, hay diez demarcaciones donde no hemos recibido ni una sola notificación de flores a destiempo a pesar de tener bastantes datos” explica Gerard Gaya, técnico del observatorio RitmoNatura del LGAI.
“De hecho, tenemos mucha información y voluntariado en algunas regiones, pero en otras nos falta participación ciudadana. Queremos solucionar esta descompensación para poder tener un volumen de datos importante y homogéneo en toda Cataluña. Por eso potenciamos proyectos de ciencia ciudadana que lleguen hasta el último rincón del país” concluye Gaya.
Fenología en el mundo rural
Con el fin de llegar a detectar estos cambios fenológicos en todo el territorio catalán, el observatorio RitmeNatura del LGAI y la red FenoCat del SMC están impulsando el proyecto FenoRural. Esta iniciativa de dos años, financiada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, busca promover la participación ciudadana en el medio rural para estudiar los efectos del cambio climático mediante la observación fenológica. Así pues, potenciará la cultura científica acercando la ciencia a la sociedad para que ésta entienda que es un recurso del que puede disponer y formar parte.
El equipo de FenoRural desarrollará talleres educativos y se sumará a ferias y fiestas locales relacionadas con eventos fenológicos (floraciones, cosechas, etc.) con el fin de dar a conocer el poder de la ciencia ciudadana y los efectos del cambio climático en el ámbito rural.
Naturaleza y ciencia ciudadana
La fenología es la rama científica que describe y estudia la relación entre el clima y los ciclos naturales de las especies (floración de plantas, maduración de frutos, caída de hojas, migraciones de animales, entre otros). Cuando se altera mucho la temperatura y el régimen de precipitaciones, como está pasando en los últimos años, algunos de estos calendarios naturales se ven alterados por la confusión estacional de las especies. El observatorio RitmoNatura estudia estas afectaciones gracias a la colaboración de voluntarios y voluntarias, lo que se conoce como ciencia ciudadana.
“La recopilación de floraciones anómalas del último año no sólo demuestra los efectos del cambio climático, sino que destaca la importancia de las aportaciones puntuales de nuestro voluntariado. Una única fotografía de un almendro florido ahora en noviembre ya nos certifica su adelanto fenológico, por ejemplo” comenta Ester Prat, coordinadora del Observatorio. “Sin embargo, las observaciones más valiosas son las recurrentes, cuando un voluntario apadrina una planta o árbol y nos explica cómo va cambiando a lo largo de varios meses” concluye Prat. Estas observaciones recurrentes son las que hacen, por ejemplo, los observadores de la Red Fenológica de Cataluña (Fenocat) del Servicio Meteorológico de Cataluña.