El pasado martes día 13, la propietaria de un bar del barrio de Sant Pere i Sant Pau (Tarragona) sufrió una brutal agresión por parte de otra mujer en torno a las dos de la madrugada. El establecimiento, ubicado en el bloque de Costa Rica, estaba con casi cerrado cuando la propietaria sintió varios golpes en la puerta. Al abrir, vio a una pareja armada con una porra extensible con la que le golpearon en la cabeza, en el rostro y en varias partes del cuerpo.
Tal y como ha podido conocer La Ciutat, dentro del local también había un amigo de la víctima que le estaba ayudando a recoger. Éste logró sacar el arma a la mujer que le estaba golpeando, pero finalmente los agresores recuperaron la porra y huyeron del bar.
La agresora fue detenida en su propio trabajo
La propietaria del establecimiento quedó tendida en el suelo “sangrando abundantemente”. Pocos minutos después, llegaron los efectivos de la Guardia Urbana de Tarragona, los Mossos d’Esquadra y el SEM, quien trasladó a la víctima al hospital Joan XXIII. Tras pasar la noche en el centro hospitalario, la mujer recibió 4 grapas en la cabeza a consecuencia del primer golpe y tenía varias contusiones y hematomas por todo el cuerpo.
Finalmente, los sanitarios dieron el alta a la mujer al día siguiente y acto seguido ésta se dirigió a la comisaría para presentar la denuncia. Horas después, la principal agresora fue detenida en su puesto de trabajo y habría pasado a disposición judicial este mismo viernes “para determinar posibles medidas cautelares”.
La pareja de la agresora debía dinero a la propietaria del bar
Tal y como han asegurado fuentes cercanas a La Ciutat, la pareja de la agresora, quien también irrumpió en el local, era amigo de la víctima desde hacía años y mantenía una relación sentimental con la detenida desde hace un mes aproximadamente. Además, el arma de la agresión habría sido localizada en el vehículo de la detenida, lo que le implicaría directamente en la agresión a la propietaria del bar.
La justicia está investigando el caso, pero aseguran que el hombre de la detenida tenía una deuda con la propietaria, la cual le reclamó la cantidad hace pocos días. Sin embargo, la agresora se encontraría bajo control policial y la defensa de la víctima habría pedido una orden de alejamiento tras la brutal agresión que sufrió dentro de su propio establecimiento.