Acabamos de pasar un fin de semana de caos y horror a los ciudadanos de la Cataluña Sur. La movilidad entre esta parte del país y la ciudad de Barcelona, nuestra capital, ha sido desastrosa.
En el andén de la estación de tren de Cunit, se vivieron situaciones surrealistas, personas que se sentían desamparadas, desamparadas de un gobierno, el de la Generalitat, que los dejó abandonados, sin ningún tipo de apoyo. En resumen, gente que se buscó la vida porque el gobierno no estaba, una vez más.
El Llobregat durante la Alta Edad media, se convirtió en una frontera política y cultural entre la Catalunya Vella y la Catalunya Nova. Una frontera que con el tiempo se fue perdiendo porque el país tenía un modelo, una visión de conjunto, y Cataluña éramos todos y todos.
Parece que hace unos años esta frontera del Llobregat ha vuelto, y algunos intentan imponer esta frontera cultural y política otra vez. La diferencia esta vez no es entre la Catalunya Vella y la Catalunya Nova, esta vez la dicotomía es entre una Cataluña Metropolitana y la Cataluña País.
Lo más grave es que parece que para el Gobierno de la Generalitat, de facto, esta frontera y esta diferencia entre la Cataluña Metropolitana y la Cataluña País existe. ¿El Gobierno Illa trabaja sólo para la Cataluña Metropolitana?
Este fin de semana ha parecido que si, que sólo existe una Cataluña Metropolitana por el Gobierno del Presidente Illa, y que el resto no somos Cataluña. El Gobierno de todos, no es el de todos, es el de unos cuantos que viven en Barcelona y su alrededor.
Es muy grave que el Gobierno sólo tenga un modelo de país alrededor del Área Metropolitana. Un gobierno que confunde el sistema ferroviario de Cataluña, con el sistema del Metro de Barcelona. Que sólo existe el aeropuerto y el puerto de Barcelona, y no pone en valores los aeropuertos de Girona, Reus y Alguaire, como tampoco valoriza los puertos de Tarragona, Vilanova i la Geltrú o Palamós. Un Gobierno que piensa en el tren de Alta Velocidad solo para ir a Madrid y no para proponer una red de Alta Velocidad en clave catalana.
Si Cataluña solo tiene que ser lo que pasa en Barcelona, no vamos bien y no iremos bien. Cataluña somos todos los lugares de los más de los 32.000 kmq del Principado. Es necesario que el Gobierno salga del Área Metropolitana de Barcelona, que traspase él a Llobregat como Juli César pasó el Rubicone.
Un Gobierno que proponga un modelo de país y de gobernanza regional que pueda ser consensuado con el máximo de partidos políticos del Parlamento, para que este país de todos sea el país de todos y todas las personas que viven en Cataluña.
El sábado en los andenes de la Estación de Cunit, el Gobierno no estaba, y los miles de personas que estuvieron allí se merecen unas disculpas públicas.
