El acuerdo del Gobierno de Aragonès con el PSC dejaba los presupuestos de la Generalitat a las puertas de su aprobación. A los 33 diputados de los republicanos se sumaban los 33 de los socialistas. Un total de 66, a dos de la mayoría absoluta. Una abstención de algún otro grupo les era suficiente, pero de momento las cuentas cuelgan de un hilo.
El pacto con Salvador Illa permitía presentar unos presupuestos que aumentaban un 25% el apartado de salud a atención primaria y un 10% la de la educación. Además, incorporaba 120 millones de euros en ayudas a los ayuntamientos por la sequía.
Sin embargo, uno de los puntos controvertidos era el compromiso de Pere Aragonès de sacar adelante el Hard Rock. Todavía no sale en los presupuestos, los comunes han hecho bandera de la oposición de este macroproyecto y han hecho de esta cuestión una línea roja: “Es profundamente decepcionante que ERC, que empezó hablando de la transformación verde, acabe comprando la agenda de Fomento, la patronal y el PSC. Estamos viendo falta de liderazgo por parte del presidente“, afirma la portavoz de los comunes, Jéssica Albiach.
Por su parte, Aragonès se achaca responsabilidades sobre el Hard Rock. El presidente apunta que no le provoca entusiasmo el proyecto, pero que el proceso no se puede “revertir arbitrariamente” así como así. Según señala, depende de los inversores privados y, en caso de intentar desmontarlo, deberían enfrentarse a reclamaciones económicas. Con todo, tanto el PSC como ERC han llamado a la responsabilidad de los comunes, subrayando que los incrementos presupuestarios revierten los recortes de Artur Mas y la mayoría que tiene el proyecto en el Parlament.
Juntos tampoco se suma
El otro posible aliado del gobierno es Junts, con quien compartió gobierno el principio de esta legislatura. Los posconvergentes marcaron perfil ideológico con sus demandas en el inicio de las negociaciones: la eliminación del impuesto de sucesiones y bajar el tramo más bajo del IRPF fueron sus propuestas estrella.
Sus portavoces se han quejado en reiteradas veces la falta de iniciativa del Gobierno para llegar a un acuerdo con ellos y las pocas reuniones celebradas: “Hemos puesto sobre la mesa un documento con más de 100 propuestas y el Gobierno es quien elige con quien saca adelante los presupuestos: haciendo quince reuniones con el PSC y tres con Junts”, replica Laura Borràs.
Por otro lado, los republicanos han rechazado las propuestas de los juntantes desde el inicio. La vicepresidenta Vilagrà asegura que se encuentran “muy fuera de la mayoría que hay ahora en el Parlament” y cataloga los requisitos de Junts de “maximalistas y neoliberales”.
El Gobierno tiene hasta el miércoles para negociar con sus posibles socios, ya que este miércoles tendrá lugar el debate a la totalidad en el Parlamento. Menos el PSC, todos los partidos de la oposición han presentado enmiendas a la totalidad. Si nada cambia, estas saldrán adelante, dejando tocado al Gobierno de Aragón a un año de las elecciones.
