El Ayuntamiento de Tàrrega ha finalizado las obras de restauración de los dos torricones situados en la calle Migdia, en el casco antiguo. Son dos elementos significativos de patrimonio histórico integrados dentro de la muralla carlina del siglo XIX que se extiende a lo largo del vial y cerca del río Ondara. Además, recientemente, todo este conjunto arquitectónico (la muralla y los torricones) ha sido reconocido como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) por parte de la Dirección General de Patrimonio de la Generalidad de Cataluña.
En el transcurso de los últimos tres meses, los técnicos han reparado las patologías estructurales detectadas en los dos torricones. En concreto, se ha consolidado e impermeabilizado la estructura paliando las grietas y humedades causadas por el paso del tiempo, agentes climáticos y crecimiento de vegetación.
Finalmente, la inversión asciende a 37.618 euros, importe ligeramente superior al inicialmente previsto. Esto responde a la necesidad de ampliar el proyecto de obra ya que se ha tenido que sustituir algunos macizos de los aleros y reparar la falsa vuelta debido a su mal estado. Cabe decir también que el Instituto de Estudios Ilerdenses (IEI) ha concedido una subvención de 25.496 euros para ayudar a sufragar los trabajos.
La alcaldesa Alba Pijuan Ribagorçanaú ha subrayado la necesidad de llevar a cabo esta restauración “para conservar todo este conjunto patrimonial y ponerlo en valor como monumento en el contexto de las Guerras Carlinas”. Por otro lado, “también hemos mejorado el paisaje urbano cerca del río Ondara, ya que los dos torricones presentaban signos de abandono”, ha añadido la alcaldesa.
La actual muralla de la calle Mediodía, de la que forman parte los dos torricones de planta circular, fue levantada en el año 1874 en el transcurso de las Guerras Carlinas. La fortificación fue construida tras la destrucción del tramo sur de la antigua muralla medieval debido a la riada de Santa Tecla ocurrida ese mismo año.
En la construcción, surgida tanto de las necesidades defensivas de la época como de disponer de un nuevo muro de contención en caso de crecida de las aguas de la Ondara, se reaprovechó la piedra de la antigua muralla derribada y del convento de los Agustinos, que también había quedado muy afectado por la riada. Actualmente, los torricones conservan los elementos estructurales originales de 1874, con las características cubiertas de cúpula acampanada de ladrillo.
