El Patio del Instituto de Estudios Ilerdenses acoge desde este lunes y hasta el miércoles la 34ª edición de la Exposición de setas de otoño de Les Terres de Lleida, que en esta ocasión reúne 220 especies, una de las cifras más elevadas de los últimos años.
Se trata de una actividad que ya es todo un clásico, como siempre bajo la iniciativa de la Sección de Micología de la institución. El director del IEI, Andreu Vàzquez, se ha referido precisamente a este hecho diciendo que “es una de las actividades con más éxito y con más visitantes, y que ya es toda una tradición”. Vázquez ha precisado que habitualmente venía mucha gente interesada en la micología, porque “somos un país con una gran tradición boletera”, pero que ahora “se están empezando a incorporar escuelas” que hacen visitas a la exposición, como ha sido el caso de hoy con diferentes aulas del Colegio Maristas.
La exposición se nutre de las aportaciones de una quincena de miembros de la sección, que han ido, durante el fin de semana, a buscar las setas que se exponen durante estos días, para que todos los aficionados y curiosos los puedan ver. En esta ocasión, y gracias a que es un gran año de setas, la exposición permite mostrar al público 220 especies de setas, todas acompañadas de una ficha para que los visitantes puedan conocer su nombre y características, como si son comestibles o no.
Uno de los miembros de la Sección de Micología, Miquel Terés, ha detallado que la salida se adelantó al viernes a raíz de las previsiones de lluvia para el sábado, y que la quincena de miembros y colaboradores de la sección trataron de abarcar el mayor número posible de comarcas y de hábitats. Así, visitaron L’Alt Urgell, una pequeña parte de La Cerdanya, los dos Pallars, el Segrià, la Ribagorça y la Val d’Aran, y trataron de seguir bosques de pino, de roble, encinar, bosque de ribera, etc.
Terés ha dicho que “este año tenemos aproximadamente unas 220 especies”, una cifra que les deja “satisfechos” y que ha sido posible gracias a que “la climatología que hemos tenido desde comienzos de año ha favorecido la fructificación de los bosques”. Estas 220 especies están clasificadas por colores entre comestibles, comestibles con matices (picantes, amargantes, consistencia…) y tóxicos.
Miquel Terés también ha explicado que el objetivo de esta actividad es “divulgar lo que tenemos en nuestros bosques”, aunque ha reconocido que se están replanteando cómo divulgar toda esta cultura micológica. “Estamos vertiendo a los bosques mucha gente que, sin ningún tipo de conocimiento ni ningún respeto por la naturaleza, van al bosque, lo pisan y lo estropean”, ha lamentado. Una muestra de ello la recoge una de las tablas de la exposición donde hay “una pequeña parte de los otros ‘bolets’ que hemos encontrado en la montaña”, ha dicho Terés, como latas, una jaula, botellas de agua o restos de hierro.