La Audiencia de Girona ha juzgado este jueves a un acusado que se enfrenta a 17 años y 4 meses por delitos de violación de domicilio, agresión sexual, maltrato, amenazas y lesiones.
La fiscalía sostiene que la tarde del 13 de marzo de 2022, y tras enviarle un mensaje amenazador a su expareja, fue hasta casa de la mujer en Girona. Una vez allí, cogió un cuchillo de cocina e intentó atacar el chico de su ex. Le clavó un golpe de puño y, durante el forcejeo, el arma cayó al suelo. Cuando el procesado fue a la cocina a buscar otro cuchillo, el hombre huyó. Entonces, el acusado golpeó repetidamente a la mujer y la violó. El procesado niega los hechos, pero no da ninguna explicación a las lesiones de las víctimas.
El acusado y la mujer habían sido pareja durante tres años y tenían un hijo en común. La fiscalía sostiene que el acusado supo que la víctima había comenzado una relación con otro hombre y que el día de los hechos le envió un whatsapp amenazador diciéndole: “Tranquila, me estoy enterando de todo pero ya verás. Contesta, desgraciada. Calaré fuego. Ahora voy hacia la puerta”.
Según la acusación pública, el procesado llegó a casa de la víctima, un piso en Girona, poco antes de las cinco de la tarde. Dentro del domicilio estaban la mujer, su hijo de 5 años y la pareja de ella. Aunque no le abrieron el portal, consiguió entrar en el bloque e ir hasta la puerta de entrada al piso. La mujer ha explicado que finalmente abrió porque estaba clavando puntadas de pie y le hizo miedo que acabara tirando la puerta al suelo.
Tan pronto como abrió, ha explicado la víctima, el procesado fue hasta la cocina y cogió un cuchillo. Entonces, comenzó a recorrer el piso buscando a la pareja de la mujer. Lo encontró en una habitación. La fiscalía recoge que el acusado lo intentó atacar, pero el hombre lo pudo desarmar golpeándole el brazo. Entonces, el procesado le clavó un golpe de puño y volvió a ir hacia la cocina a buscar otro cuchillo.
El muchacho de la expareja aprovechó este momento para salir del piso y huir. La mujer ha relatado que el procesado estaba “muy alterado” y “muy nervioso” y que la golpeó en dos ocasiones en la zona de la cabeza mientras le profería amenazas diciéndole que la mataría. De uno de estos golpes, la mujer cayó al suelo y el acusado se situó encima de él, le quitó la ropa interior y la penetró con los dedos.
La víctima pudo llamar a una amiga suya, que oyó los gritos del procesado de fondo y fue directamente al piso a socorrer a la mujer. Cuando llegó, lo intentó tranquilizar. En ese momento, una hija mayor de edad de la víctima llamó al teléfono fijo de casa y esta amiga le pudo decir que avisara a la policía.
Cuando los Mossos d’Esquadra llegaron al lugar, detuvieron al acusado. En el juicio han dicho que el hombre estaba “muy alterado” y “salido de madre”. “Lo vamos a hacer salir fuera para evitar que la violencia fuera a más”. Tanto la víctima como el acusado han explicado que el pequeño estuvo todo el rato durmiendo y que solo se despertó cuando llegaron los agentes.
A consecuencia del ataque, y según han dicho los forenses, la víctima sufrió lesiones compatibles con la agresión sexual y con los golpes. Quien entonces era su chico también tenía una contusión en el ojo. Él, sin embargo, no ha declarado en el juicio porque no lo han podido localizar.
Lo niega todo
El acusado, que ha declarado al final del juicio, ha negado todas las acusaciones. Según su versión, ni siquiera fue él quien envió el whatsapp a su ex porque se había dejado el móvil en casa. El procesado ha dicho que por la tarde fue a buscar a su hijo y que sabía que su ex estaba con otro hombre: “Ella hacía su vida y yo la mía”.
Según su relato, en ningún momento golpeó a la mujer le agredió sexualmente. Además, ha dicho que tampoco clavó el golpe de puño al hombre. De hecho, ha asegurado que solo quería “hablar con él”, lo tocó por la espalda y él se golpeó contra su reloj cuando se giró.
El acusado no ha dado ninguna explicación a las lesiones que los forenses localizaron a las víctimas, pero sí ha apuntado que la mujer podría haberlo denunciado porque quería la custodia del niño.
La fiscalía lo acusa de un delito de violación de domicilio, un delito de violación, un delito de maltrato en el ámbito de la violencia contra la mujer, dos delitos de amenazas, un delito leve de vejaciones injustas, un delito leve continuado de daños (por desperfectos causados en el piso) y de un delito leve de lesiones.. Solicita una pena de 17 años y 4 meses de prisión y multas por valor de 2.520 euros. También quiere que indemnice a la mujer con 10.691,44 euros.
La acusación pública también pide la expulsión del procesado, que es de origen brasileño, una vez completas tres cuartas partes de la condena o cuando acceda a la libertad provisional.
La defensa pide la absolución. El juicio, que se ha realizado en la sección cuarta de la Audiencia de Girona, ha quedado visto para sentencia.
