Las carabelas vuelven a ser las protagonistas de un fin de semana de cultura en Sant Julià de Lòria donde, después de 63 años desde la fundación de la coral Rocafort, los niños y jóvenes siguen siendo el relevo generacional para que el evento perdure en la parroquia.
“A través de la coral se hace posible las carabelas. Los cantores que, están cada semana ensayando, hacen posible que perdure la tradición” ha mencionado la consellera de Cultura de Sant Julià de Lòria, Teresa Areny.
En concreto, han sido una más de una veintena de cantores y una quincena de jóvenes los que han participado este año en un recorrido que ha comenzado frente a la antigua casa común y está previsto que acabe en la plaza de la Hermandad. Así pues, se ha mencionado que es una tradición viva en la sociedad laurediana y que, como rasgo distintivo, se suele hacer una semana después de pascua.
El relevo generacional está “asegurado”. A diferencia de otras parroquias, los jóvenes suelen participar de forma activa en las carabelas, donde Areny ha otorgado el éxito de la búsqueda de gente para garantizar que las tradiciones perduren a que las actividades populares están “muy arraigadas en la parroquia”. De hecho, con los pequeños cantores hubo un momento de bajada, pero ahora ya son más de una veintena.
En este sentido, la presidenta de la coral Rocafort, María Luisa Moleirinho, ha mencionado que es “una tradición de hace muchos años”. “La queremos mantener y nos hace mucha ilusión continuarla” ha declarado. De hecho, ella misma, que ha sido elegida como presidenta, ha mencionado que está “muy orgullosa” de pertenecer después de toda su dedicación hacia los actos culturales lauredianos.
Asimismo, la directora de la coral Rocafort, Brigit Garcia, ha aprovechado la ocasión para recordar al antiguo presidente Daniel Areny y a todas las personas que hacen posible la coral, ya que “vamos todos a la una”.
La habanera ‘Mariner de terra en dins’ y la sardana ‘Les valls d’Andorra’ han sido las dos canciones tradicionales escogidas para la cantada de este año. Unas carabelas que se han ensayado desde diciembre y que siempre “hace gozo” verlas en la parroquia, donde mucha gente se reúne para poder escuchar en la coral.
“Para nosotros es importantísimo las tradiciones, la cultura popular, las entidades culturales, ya que son las que nos marcan esta diferencia” ha expresado Areny, añadiendo que Sant Julià de Lòria es “inminente, culturalmente hablando” y que desde la corporación comunal siguen apoyando. Los ensayos, a veces cuestan, pero “nos gusta cantar y para nosotros es como estar en familia”, ha destacado Moleirinho.
Un día festivo y de tradición, no sólo para la coral, sino también para los lauredianos, que han disfrutado de unas carabelas que siguen más vivas que nunca.