Cuando pensamos en cabinas telefónicas, la imagen que nos viene la cabeza es Londres.
Los turistas van ‘bojos’ para fotografiarse con ellas, pero no hace falta viajar tan lejos para observar estos aparatos históricos de la vía pública.
Y es que en Andorra también se pueden encontrar, y no precisamente son pocas.
Actualmente, hay 125 repartidas por todo el país, y aunque parece que no las use nadie, las cifras son sorprendentes.
En plena era digital, en 2023 se realizaron alrededor de 165.000 llamadas telefónicas.
De ellas, el 90% tuvieron destino nacional, mientras que el 10% restante fueron conexiones internacionales, por lo que las que se hacen hacia España son las más numerosas, con un 6%.
La parroquia de Andorra la Vella es donde se concentran más compartimentos y a la vez donde se ejecutan más llamadas, mientras que Sant Julià de Lòria es donde menos se hacen.
Antiguamente había habido muchas más.
Por ejemplo, en 2010 había 250.
Con el paso de los años y la aparición de las nuevas tecnologías, Andorra Telecom, la compañía que gestiona este servicio, las ha ido retirando y la intención es que a partir de 2029 ya no queden más.
“Prevemos que en los tres próximos años las vamos retirando hasta llegar a una veintena”, afirma el responsable de marketing de Andorra Telecom, Xavi Agulló.
Se hará un desmantelamiento progresivo entre este 2024 y el 2027 con la retirada de unas sesenta y cinco cabinas y al año siguiente, en 2028, sacarían el resto.
El motivo es la disminución de las llamadas que han ido experimentando las cabinas.
“Tiene un uso muy bajo, aunque actualmente es sorprendente y tenemos un uso bastante intensivo, la dinámica nos dice que en tres años el uso será muy bajo” comenta Agulló.
Las últimas que quedarán de pie serán en algunos puntos muy concretos, como en Llorts, el Pas de la Casa, el Port d’en Carrilet, la de la estación Nacional de Autobuses o la del Santuario de Meritxell, ya que en épocas de mucha afluencia turística hay un buen volumen de llamadas.
“Hace diez años el uso ya estaba bajando de forma significativa, había 20 veces más llamadas que ahora”, declara el responsable de marketing.
Los cálculos de la empresa de telefonía es que el uso de las cabinas sea “risorio” y por eso está este proyecto en marcha de sacarlas de las calles.
La cobertura móvil, la instalación de la red de Wi-Fi gratis o el coste del mantenimiento también han jugado un papel clave en esta bajada de llamadas a lo largo de las últimas décadas. La retirada será muy ordenada y progresiva, ya que la voluntad es hacerlo “en comunicación con los comunes, garantizando en todo momento que mientras haya cabinas estén en todas las parroquias presentes”, detalla el responsable de marketing.
Para poner en marcha la iniciativa, Andorra Telecom llevó a cabo un estudio sobre cómo se habían gestionado las cabinas telefónicas en otros países, como por ejemplo Suecia, Inglaterra, Francia, Alemania, Malta, Nueva York o Japón, entre otros.
Buena parte de estos lugares optaron por desmontar la gran mayoría de ellas, pero algunas las han mantenido de cara al turismo, o incluso, las han reconvertido.
Espacios de intercambio de libros, puntos de información turística, colocación de desfibriladores e instalación de cobertura telefónica dentro, son algunos ejemplos de la nueva vida que se les ha dotado.
La compañía andorrana a cuenta propia no tiene la intención de hacer alguna acción parecida, pero no descarta ceder la cabina si los comunes lo piden porque “se trata de un proyecto vivo”, tal y como han asegurado fuentes de la operadora.
De hecho, ya se han puesto en contacto con todas las comunas para hacerles llegar este plan de desmantelamiento y por si las corporaciones comunales en caso de obras, quieran aprovechar para sacarlas.
Precisamente, en Andorra la Vella, la comuna puso un desfibrilador justo en la cabina que hay delante del centro comercial Pyrenées.
Las cabinas que todavía se pueden utilizar funcionan con monedas, pero también se pueden usar con teletarjetas, que se pueden adquirir en Andorra Telecom.