Daniel Recasens: “Difícilmente encontrarán en el sur del país una vida cultural como la que hay en Reus”

Entrevistamos al concejal de Cultura y Política Lingüística tocando San Pedro. Nos explica cómo han hecho desde la concejalía para cohesionar dos programaciones, cómo se han conseguido las novedades de este año y también comparte con nosotros los momentos más especiales para él de la Fiesta Mayor.

¿Qué nos espera en San Pedro?
Todo el mundo tiene muchas ganas de San Pedro. Entre el Festival Roses, el Trapezi, el Carrilet Pintxo, la noche de los museos… Hay voluntad de salir a la calle y de fiesta. Se engancha muy bien con corpus y cae muy bien con respecto a los días de la semana; creo que nos espera un San Pedro con mucha presencia ciudadana. San Pedro tiene dos patas, una es la parte más tradicional, de calendario festivo y de cultura popular y, por otro lado, como Fiesta Mayor, tiene la parte más de ocio y esta actividad en la calle de música en vivo. Nos espera un San Pedro con mucha música en vivo y, por otro lado, esta fiesta tradicional con todos los elementos en su máximo esplendor y con muchas pequeñas cosas que “serán la primera vez qué” como puede ser volver a ver en el Gigante Indio.

Hay una apuesta musical bastante potente e, incluso, una novedad. El día de la verbena parece que habrá oferta para todos, ¿oye? ¿Es un reclamo que le hacían?
Históricamente, había una parte más electrónica y durante un cierto tiempo también “La Fábrica” se ponía y teníamos ese momento en el paseo Mata tan multitudinario. Eso ha pasado por varias fases y yo creo que sin que se haya perdido, ha ido cambiando. Con la verbena nos pasaba que teníamos una más generalista y la verbena por un público más adulto y nos quedaba, quizás, el público donde va dirigido la electrónica o la fiesta joven un poco más colgado. Creo que añadimos unas patas más. El Dantz Point relaciona la música electrónica con patrimonio y siendo un proyecto internacional, eligieron Reus para poner la pata en Cataluña. Cada vez nos pasa más que somos un lugar interesante para acoger todo tipo de eventos y eso nos gusta y mucho.

Corpus y San Pedro, ¿cómo encaja todo esto? Son dos festividades con programas propios.
Con mucho trabajo de organización y con una estructura muy trabajada. El equipo de fiestas y festivales, es un equipo espectacular (lo digo con la boca bien grande), un equipo muy comprometido con la fiesta. Hemos pasado tantas cosas que yo creo que no hay reto imposible para ellos, pero diría que seguramente en las entidades, cuando acabe la fiesta mayor, habrá un agotamiento importante. De hecho, cuando San Pedro acaba, todo el mundo se arrastra un poco y si además tenemos el Corpus tanto junto, solo puede significar muchas actividades, muchos días y con mucha intensidad. Hemos reconducido horarios y hemos estructurado todo de una forma natural, a partir de ahí, mientras el cuerpo aguante.

Creo entonces que se ha conseguido un equilibrio bastante interesante.
Sí, sí. El calendario tiene eso. Hay esta parte dinámica con el corpus y entonces cíclicamente acaba pasando. Pasa también con Sant Jordi por ejemplo, no es lo mismo un Sant Jordi entre semana que el fin de semana. Y luego la climatología que añade la sorpresa. Llevamos unos cuantos eventos de Cultura que nos llueve (que es una suerte porque veníamos de una sequía inmensa) pero nos llueve. Veremos también como todo esto es lo suficientemente resiliente y ágil para que funcione, independientemente de la climatología.

El órgano de la Mesa de la Fiesta, ¿sigue presente? ¿Cómo se ha gestado este San Pedro?
Con la Mesa de la Fiesta a menudo hablamos de modelo de fiesta en términos generales. En términos concretos también hablamos de cuestiones pequeñas que tienen un peso. Al mismo tiempo, la Mesa de la Fiesta permite poder participar en la organización y, por tanto, aquellas cuestiones de organizadores trabajarlas conjuntamente con diferentes representantes de las entidades reusenques. En estas cuestiones encontramos el protocolo en caso de lluvia, está y lo estamos perfilando. También hay cuestiones como el merchandising o cosas tan pequeñas como la presencia de cochecitos en la Fiesta Mayor en momentos de mucha acumulación de personas. En el caso del protocolo de la lluvia, nos debe preocupar en el sentido de, todo aquello que se puede mejorar, que se puede reconvertir o que se puede organizar, adelante. Al mismo tiempo, hay determinados actos, especialmente protocolarios, multitudinarios y/o complejos en los que si llueve, llueve. Y debemos ir acostumbrando a que no siempre puede haber un plan A, B y C.

El año pasado la accesibilidad cobró más importancia aún con el tramo tranquilo. ¿Cómo avanza San Pedro para asegurar que sean días para todos?
En primer lugar, miramos cómo se consolida. En el primer momento, el tramo tranquilo parecía un “invento” y, además, tenía menos adhesión de la que sería lógica. La primera cuestión sería que se vaya consolidando y naturalizando. Tiene que haber un tramo tranquilo y también tienen que estar las tarimas en determinados lugares de la ciudad. Vamos mirando si se necesita más espacio o si había necesidades que no habíamos cubierto, pues las estudiamos para añadirlas. Todo el mundo debería entender la importancia de estas medidas, aunque a veces puedan ser contrarias a la esencia de la fiesta. Es muy importante que nadie se sienta excluido de la fiesta y pasaría si no existieran estas medidas. La Fiesta Mayor es un muy buen laboratorio de ensayo, porque es muy participada, hay mucha gente que participa y te permite ir viendo si estas medidas que funcionan bien en la fiesta pueden funcionar en otros momentos del calendario festivo o en otras ubicaciones de la ciudad.

Entiendo que no habrá muchas diferencias en un programa que ya funciona.
A menudo está la pregunta de qué novedad hay o qué hay de nuevo cuando comentas una novedad. Es insaciable, pero la esencia es la que debe ser. Vamos incorporando pequeñas novedades como hemos explicado, eso seguro. La realidad es que se ha incorporado como un elemento de ocio más el “vespreo”. La ciudad es una ciudad muy de vermut y, por lo tanto, las entidades buscaban ese ocio, pero veremos como el “vespreo” empieza a ser más protagonista.

Cada vez vemos más gente.
Cada vez somos más; podemos crecer pero sosteniblemente. Cada vez hay más gente y quizás la alternativa es contraprogramar porque así la gente se distribuye, pero tampoco queremos desdibujar la fiesta. Hablamos de crecer en el sentido de que tenemos once días de música en vivo con una cuarentena de artistas. Si encontramos las fórmulas para incorporar cosas como la presentación de un disco de un artista de la ciudad como quizás el Fito Luri, pues es mejor para los artistas y nosotros también queremos dar los espacios, porque son actos nuevos y porque son oportunidades.

¿En qué momento se encuentra Reus en el ámbito cultural?
Hemos ido consiguiendo que la programación de cultura se estire durante todo el año. Tenemos mucha presencia de actividad cultural a lo largo de todo el año y con muchas fórmulas y espacios diferentes. Existe la programación de teatros, festivos, museos y bibliotecas, pero también hemos ido incorporando piezas nuevas y así la ciudad se mueve en términos de cultura durante todo el año. No sólo con “setas” como podrían ser los festivales, sino de una cierta periodicidad. Y con ello lo que conseguimos es una cierta capitalidad cultural y uno de los ejemplos es el Reus Music Festival. La promotora nos escoge para hacer un festival en la ciudad y eso nos pasa más a menudo ahora. Estamos en un momento muy dulce y, además, hay mucha gente trabajando por ello.

¿Qué les diría a los lectores que no son de Reus de cara a promocionar Sant Pere?
Ahora mismo, en el sur del país, difícilmente encontrarán una vida cultural como la que hay en Reus. Y si hay un momento en que la ciudad explota, es San Pedro. Si vienes a Reus en esta época es imposible que te escapes de la fiesta y la cultura.

Para Daniel Recasens, como concejal, ¿cuál es el mejor momento de la festividad?
El hecho de ser concejal te hace vivirlo con un cierto estrés porque quieres que todo vaya bien. Cuando se acaba es un buen momento también (entre risas). Ahora bien, lo que te permite ser concejal de Cultura es estar en la plaza del Mercadal cuando se enciende la tronada.

¿Y como persona?
También me gusta vivir la fiesta como padre. El año pasado, una de mis hijas llevaba el nano y la otra tocaba la gralla en la entrada a plaza. Fue un momento de mucha felicidad.