Marilou Vioix, una joven graduada en fisioterapia, ha protagonizado una historia de superación y resistencia que, según el relato publicado por la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), ha estado marcada por años de brutal acoso y una falta de apoyo institucional.
Su graduación en la Universidad de Vic (UVic), el pasado 16 de junio, se convirtió en una protesta pública contra el sistema universitario que permitió, supuestamente, que sus agresores salieran impunes. Con una acción contundente durante la ceremonia, Marilou hizo un llamamiento a la reflexión sobre la pasividad de las autoridades educativas ante el acoso escolar.
Una luchadora contra el gobierno universitario
Según el testimonio publicado por NACE, la joven comenzó sus estudios con entusiasmo, pero su experiencia en la universidad se convirtió en un calvario. El 29 de octubre de 2021, sufrió un traumatismo craneal tras una agresión por parte de un compañero de clase, que la dejó inconsciente. Poco después, el 10 de diciembre de 2021, otro estudiante le propinó un golpe de puño en la cara, también a la salida de una fiesta. Con el tiempo, las intimidaciones y las amenazas se hicieron cada vez más habituales: insultos sexuales, burlas e incluso amenazas de violencia física. Estas agresiones se habrían producido dentro y fuera del campus universitario, incluyendo la propia residencia universitaria.
A pesar de las denuncias, la joven vio como las autoridades universitarias, según las publicaciones de NACE, permanecieron pasivas e incluso intentaron minimizar la gravedad de los hechos. A pesar de su valentía a la hora de denunciar, la universidad optó por una “mediación” en la que según denuncian, no se oyó a las víctimas ni se tomó medidas efectivas contra los agresores.
La ceremonia de graduación como acto de resistencia
El 16 de junio, Marilou logró superar todos estos obstáculos y se graduó como fisioterapeuta. Sin embargo, tal y como expone NACE, su ceremonia estuvo lejos de ser un acto festivo: Marilou llegó al acto acompañada de familiares y amigos, y, con el apoyo de la asociación, protestó contra los agresores y la universidad. Durante el acto, aparecieron pancartas con mensajes contundentes como “Se titula a agresores” y “El acoso se premia con título”, que eclipsaron la celebración formal de la graduación.
Marilou lanzó su estola de graduada al suelo, como un símbolo de rechazo a la pasividad de la universidad.
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Un llamamiento a la acción y a la reflexión social
La historia de Marilou, ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de revisar los protocolos de actuación ante el acoso escolar y universitario.
Según la asociación NACE, esta historia de lucha y resistencia no ha sido sólo una batalla personal de Marilou, sino un claro recordatorio para todas las víctimas de acoso de la importancia de denunciar y de exigir cambios en las instituciones que deberían ofrecer protección.