El acusado de quemar con gasolina a una pareja de vecinos en Manresa en abril de 2022 ha admitido que provocó el incendio, pero ha dicho que se presentó en casa del matrimonio con un bidón de gasolina solo para intimidarlos. Ha afirmado que las desavenencias con la pareja, especialmente con el hombre, hacía tiempo que existían y que se sentía “amenazado” por esta persona porque tenía una actitud “autoritaria”. Por su parte, la mujer considerada cooperadora, ha negado los hechos y ha explicado que fue al edificio para mediar y “evitar que hubiera problemas entre ellos”. Lo han indicado en la segunda sesión del juicio en la Audiencia de Barcelona. Fiscalía y acusación particular piden 32 años de prisión para el hombre, y 19 para la mujer que le ayudó.
Los hechos tuvieron lugar el 11 de abril de 2022, en la calle de Sant Bartomeu de la capital del Bages, tras una discusión entre las dos partes el día antes. En su declaración, las víctimas explicaron que hacía tiempo que el acusado pretendía obtener algún rendimiento del piso donde vivían y que había sido ocupado ilegalmente. Indicaron que había increpado, insultado y amenazado más de una vez al hombre y que la tarde antes de los hechos ambos mantuvieron una leve pelea en una plaza cercana al edificio donde todos vivían.
En una comparecencia contradictoria y confusa, el acusado ha reconocido haber causado el incendio, pero ha pedido que “se entienda porque actuó de esa forma”. El hombre se ha mostrado muy afectado emocionalmente y ha tenido que interrumpir su discurso en numerosas ocasiones.
Ha relatado que el día del suceso acudió al domicilio de las víctimas con un mechero en la mano izquierda y un bidón de cinco litros de gasolina en la mano derecha. Ha matizado que el recipiente sólo contenía medio litro de esta sustancia diluida en agua. En este sentido, ha insistido en que su voluntad era puramente “intimidatoria” y ha negado haber tirado el acelerante sobre las víctimas expresamente.
Ha defendido que su vecino le amenazó con un cuchillo para hacerle daño y lo empujó haciéndolo caer al suelo. En ese momento, ha apuntado, fue cuando volcó el bidón al suelo del rellano y al verse acorralado decidió tomar el encendedor. Ha añadido que era consciente de que esta decisión desencadenaría el fuego porque tenía la mano impregnada de gasolina. Así, ha negado de forma reiterada haber rociado a la pareja con la sustancia. Con todo, no se ha referido al motivo por el que el bidón no llevaba el tapón puesto.
El joven ha justificado su comportamiento afirmando que “tenía miedo” de la víctima porque desde su punto de vista el hombre era “autoritario” y lo había amenazado con interceder para hacerlo fuera del Estado. Además ha apuntado que lo habría intimidado en varias ocasiones. En este sentido, ha explicado que las desavenencias entre ellos venían de lejos y que el día antes ya habían mantenido una pelea que le llevó a personarse ante la comisaría de los Mossos d’Esquadra. Con todo, ha explicado que no presentó ninguna denuncia porque no se supo explicar y porque se encontraba muy nervioso.
La cómplice dice que quería mediar entre el acusado y las víctimas
Por su parte, la mujer que se considera cooperadora de los delitos, ha defendido su inocencia. Ha reconocido que fue a casa de las dos víctimas para intentar mediar entre el agresor y el matrimonio porque considera al acusado como un hijo. Al mismo tiempo, ha indicado que su intención era “evitar que hubiera problemas entre ellos”.
Respecto a su participación en los hechos, ha negado haber forzado la puerta y ha dicho que la encontró abierta. Ha añadido que el hombre de la pareja la empujó y utilizó un cuchillo para intimidarla. Tampoco ha dejado claro si vio al acusado el día antes con un bidón de gasolina o no, ya que también se ha contradicho en muchos momentos.
En la sesión de hoy también se ha leído la declaración de un vecino que no ha comparecido en el juicio pero que había testificado ante la policía. De acuerdo con la versión de este testigo, la mujer picó el timbre de casa de las víctimas e hizo ver que estaba sola para que le abrieran la puerta. Así, “a través del engaño” convenció al matrimonio para que salieran al rellano y el principal acusado pudiera provocar el incendio.
Disputas previas
Varios Mossos d’Esquadra que han comparecido este jueves han confirmado que el día antes de los hechos el acusado acudió a la comisaría de Manresa “ansioso y muy alterado” explicando que otra persona lo había agredido. Han hecho referencia a la “barrera idiomática” y han dicho que le ofrecieron denunciar el suceso y que él no quiso. Además, han explicado que llamaron a una ambulancia porque consideraron que sufría algún tipo de trastorno.
Paralelamente, otros agentes han indicado que antes del incendio acudieron dos veces más al domicilio de las víctimas porque recibieron dos requerimientos por parte de la mujer. En el primero alertó de que su marido había discutido con una persona y en el segundo, en el que también estaba presente el hombre, la señora explicó a la policía que otro vecino les había amenazado con quemar su casa. Aunque los Mossos les recomendaron interponer una denuncia, dijeron que lo pensarían.
Confirman el uso de gasolina
Las declaraciones de los agentes de los Mossos que participaron en la inspección ocular del lugar de los hechos han constatado que el rellano presentaba signos de un fuego “localizado” con afectaciones visibles sobre los zócalos, marcos de las puertas y el techo. Al mismo tiempo, los agentes han apuntado que recogieron varias muestras, entre ellas una de un líquido que había en el suelo del espacio y que desprendía un “fuerte olor químico”. En este sentido, han concluido que el incendio habría tenido un solo foco, habría sido provocado y sería “compatible con un acelerante de la combustión”.
Además, los policías que atendieron al acusado, que apareció en otro punto con signos visibles de quemaduras, han dicho que la ropa que llevaba estaba parcialmente calcinada. Han afirmado que “los primeros indicios de la autoría de los hechos” aparecieron cuando paralelamente a los avisos de incendio se localizó a este hombre que requirió atención hospitalaria.
Los agentes han dicho que los análisis periciales posteriores, tanto de muestras de objetos recogidos en el lugar de los hechos, como una botella, parte de una esponja o plásticos, así como de algunas de las prendas que llevaba el acusado, dieron positivo en gasolina.
Sin problemas psiquiátricos previos
Por su parte, los forenses que han intervenido en el juicio, han negado que el acusado presente afecciones psiquiátricas anteriores al episodio, aunque el hombre ha sido ingresado en el módulo psiquiátrico de Brians catorce días. Han vinculado su estado nervioso con la presión que sufre por el ingreso en prisión y por el proceso judicial. “Si él hubiera presentado un trastorno de personalidad o un estado psicopático diferente a la situación en que se encuentra el centro penitenciario nos lo hubiera expresado con un informe”, han indicado.
La fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de dos delitos de asesinato en grado de tentativa y de un delito de incendio con riesgo para la vida y la integridad física de las personas. Para el hombre, a quien atribuye la autoría de los hechos, pide 32 años de prisión, y para la procesada, que responde como cooperadora de los delitos, pide una pena de 19 años de prisión. En ambos casos, establece la prohibición de acercarse y comunicarse con las víctimas, una indemnización de al menos 66.510 euros por los daños causados y la expulsión del país una vez obtengan la libertad condicional, dado que no tenían el permiso de residencia en España. Además, tanto la fiscalía como la defensa, han pedido una prórroga de dos años más de la prisión provisional sin fianza para el acusado, al considerar que hay riesgo de fuga.