El Museo de Valls inaugurará este sábado, día 21 de junio, a las 12 del mediodía, una exposición dedicada a la pintora Maria Ferrés Puig, vinculada a Valls y conocida artísticamente como Maria Freser. La muestra “Maria Freser. Crónicas desde el balcón” fue producida por el Museo de Vilassar de Mar en el año 2024, con motivo de la conmemoración de los 150 años de su nacimiento.
En el Museo de Valls además la muestra incorpora ocho óleos de su hija, la también pintora Elvira Homs, una artista desconocida, pero que en los años veinte y treinta, tenía una muy buena consideración. Expuso en las prestigiosas Galerías Dalmau, donde mostraron su obra los pintores más vanguardistas del momento, entre otros un joven Salvador Dalí.
La muestra ha sido comisariada por Mireia Freixa, catedrática emérita de historia del arte de la Universidad de Barcelona, en relación a Maria Freser, y por la historiadora Assumpció Cardona, en cuanto a la elección de las obras de Elvira Homs. La exposición reúne más de ciento setenta obras que provienen del Museo de Vilassar y del Museo de Valls, centros donde se conserva el mayor número de obras de Maria Freser. En cambio las obras de su hija, la Elvira Homs, provienen de la colección de sus hijos y nietos.
Maria Freser
Maria Ferrés nació en Vilassar en 1874 y murió en Valls en el año 1964. Su relación con nuestra ciudad viene marcada por su boda con el arquitecto vallisoletano Lluís Homs Moncusí en 1899. Madre e hija expusieron varias veces en nuestra ciudad, en exposiciones colectivas.
Maria Freser trabajó varios registros artísticos, especialmente la acuarela, el dibujo y el grabado. Con su trazo preciso, dibujó todo lo que veía a su alrededor: las mujeres que vienen del mercado, los trabajadores del mar, los niños jugando en la playa. También registró el mundo de la música y la danza, que tanto le gustó y tenía un buen conocimiento, como se puede apreciar en las crónicas de los ballets o de los conciertos en el Liceo. Además, dejó unas libretas en las que reprodujo fielmente la Guerra Civil, tanto los milicianos republicanos como las chicas carlistas, siempre con el ojo de la cronista que recoge en unas hojas de papel lo que le rodea, sin establecer criterios de valor.
Esta mirada no quita sin embargo, que hiciera un buen número de piezas sobre brujería, que nos llevan a unos escenarios imaginarios de angustia, superstición y misterio. Son piezas hechas hacia los años veinte y que debemos entender como una aportación evidente al arte de vanguardia, en un momento de crecimiento del surrealismo.
Elvira Homs
Hija del arquitecto vallisoletano Lluís Homs y de la pintora Maria Ferrés, de Vilassar de Mar, se hizo un nombre en el mundo del arte de los años veinte y treinta del siglo pasado, mayoritariamente masculino, que tenía muchos prejuicios hacia las mujeres artistas clasificadas con un cierto tono despectivo como “pintoras de floreros”.
Como mujer de familia bendita, tuvo una educación exquisita, pero precisamente por su condición no tuvieron acceso -porque no estaba bien visto- a estudios reglados de Bellas Artes. Su formación artística, privada y autodidacta, tuvo como primer referente tanto a su madre como a Emília Coranty Llurià, pintora de flores de alcance internacional. También recibió clases particulares del colchonero Rafael Estrany.
Tendrá una vida artística breve, muy reducida. A partir de 1935 con su boda, su condición de madre, la guerra civil y una larga enfermedad que la lleva a la muerte a los 49 años. Hace prácticamente setenta y cinco años que no se había podido ver una recopilación de su obra. La última vez que se expuso fue en Valls en 1951, en una muestra colectiva.