El Morell

El Morell recupera y transforma la Granja dels Frares, con una inversión de 400.000 euros

El emblemático espacio de la Granja dels Frares del Morell vivirá, este 2025, un importante impulso para convertirse en un lugar revalorizado, con la intención de que en un futuro no muy lejano pueda ser visitable y esté adecuado a las actividades que se lleven a cabo.

Así, el Ayuntamiento de El Morell hace una gran apuesta por La Granja con una inversión de más de 400.000 euros, gracias al apoyo del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, que ha aportado 269.328 euros, y de la Diputación de Tarragona, con 80.000 euros más.

Este mes de febrero, pues, se han iniciado varias actuaciones patrimoniales que pasan por la consolidación y apeo de los restos arquitectónicos, que se encontraban bastante dañados, con el fin de reducir y evitar hundimientos de los elementos conservados, y la reforma de la torre y el almacén, para convertirlos en vivienda y centro de visitantes respectivamente.

La primera, que se prevé que dure seis meses, contempla una inversión total de 510.906,22 euros, con una primera fase de 180.097,08 euros (con una subvención de 100.000 euros del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña y una de 80.000 euros de la Diputación de Tarragona). La segunda, tiene un coste de 224.110,28 euros (con una subvención de 169.328 euros del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña) y se prevé que se alargue durante nueve meses.

“Es el proyecto más ambicioso que se ha hecho hasta ahora en el espacio”, destaca el alcalde, Eloi Calbet, “y es solo el inicio de una actuación que tendrá más fases y que, en total, invertirá más de 700.000 euros en La Granja”. “Queremos que vuelva a ser un espacio vivo, de uso para todos, con una riqueza patrimonial, natural e histórica, únicas”, apunta la concejala de Patrimonio, Granja y Francolí, Érika Moreno.

“Con esta intervención se adecuarán los escombros y valoraremos la posibilidad de hacerlas visitables”, continúa el alcalde, “al igual que con la torre y el almacén, que queremos que estén habilitados para, en un futuro, poder acoger la figura de un masovero que se encargue del mantenimiento del espacio”. Para todo ello, trabaja con un plazo de unos cuatro años.

Desde la Generalitat de Cataluña, la jefa del servicio de patrimonio arquitectónico de la Dirección General de Patrimonio Cultural, Mercè Costa, manifiesta que “lugares como la Granja dels Frares son estos tesoros más arraigados en el territorio, en la ciudadanía, rurales, que hay que recuperar más que nunca y darles el valor que les corresponde“. Finalmente, el diputado delegado de Promoción Social y Cultural de la Diputación de Tarragona, Óscar Sánchez, ha reafirmado “el compromiso de la Diputación con el patrimonio, para conseguir una rehabilitación de la que puedan disfrutar morellenses y morellenses, así como el resto de la población del Camp de Tarragona”, una intervención ligada al proyecto del ente para recuperar el eje verde de la orilla del río Francolí, desde Tarragona hacia el norte.

Un poco de historia

El antiguo edificio del molino de la Granja dels Frares, conocido también como el molino del Codony, se sitúa en la orilla derecha del río Francolí. Formaba parte del conjunto de edificaciones de una de las granjas que el monasterio de Santes Creus estableció en los territorios de su dominio, en este caso, en el Camp de Tarragona. Hay que aclarar que en el siglo XII, al que nos remontamos, no tenía el significado que tiene ahora, sino que era una entidad territorial menor dentro de una señoría.

El edificio está catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL), y la primera intervención tuvo lugar el pasado 2020. Desde entonces, el consistorio se ha fijado especialmente en este complejo para dar a La Granja el valor que le corresponde y situarla en el mapa como espacio histórico, patrimonial y natural notable. En mayo de 2022, y en el marco de una intervención arqueológica, se excavaron y vaciaron los cacaos que hay bajo el edificio, en uno de los cuales se encontró la antigua rueda del molino, de madera, y su correspondiente eje de hierro. También se recuperaron materiales de menor relevancia, como restos cerámicos, de vidrio o de metal, algunos de los cuales marcan el último momento de uso del molino, en el s. XVIII.

Maria Redacció Lorenzo

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