El director de la prisión Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragonès), Paco Romero, será relevado de la dirección del equipamiento tras poner a disposición su cargo justo después de la muerte, hace dos semanas, de una cocinera del centro a manos de un recluso. Se trata del primer cambio en la cúpula directiva de las cárceles catalanas tras este crimen, que terminó de encender los ánimos de los funcionarios de los centros penitenciarios. Los sindicatos y trabajadores bloquearon los accesos a los centros algunos días y pidieron la dimisión de la consejera de Justicia, Gemma Ubasart, y el secretario de Medidas Penales, Amand Calderó, pero hasta ahora no se había relevado ningún alto cargo.
Según el Departamento de Justicia, se trata de una decisión meditada y que ha contado con el acompañamiento de la dirección de la Secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima (SMPRAV). La decisión se ha tomado de forma “consensuada” entre el director y la SMPRAV, que convienen que es necesario ahora encarar una nueva etapa en el centro tras la crisis vivida en los últimos días. Romero, un profesional de valía reconocida y con una larga trayectoria en el sistema penitenciario catalán, asumirá a partir de ahora nuevas responsabilidades directivas en alguna otra prisión o en el departamento. En los próximos días se hará oficial el nombramiento del nuevo director o directora de este centro.
Romero ha estado al frente del centro penitenciario de Tarragona desde abril de 2005 e inauguró Mas d’Enric. Según el departamento, ha hecho una gestión “excelente” del centro y ha ejercido sus responsabilidades con “gran profesionalidad y vocación de servicio público”. Destaca también la amplia trayectoria en el sistema penitenciario catalán en una carrera que comenzó en diciembre de 1988 como funcionario. Desde 1997 ocupa responsabilidades directivas como administrador de la prisión de Ponent o subdirector de régimen de Ponent y de Tarragona. Dirigió la prisión antigua de Tarragona desde 2005 a 2015 y luego ya enlazó con la etapa directiva en Mas d’Enric.
Reforzar la seguridad en los centros penitenciarios y reducir riesgos
Aparte de este relevo, el Departamento y las direcciones de los centros ya han tomado medidas en la línea de reforzar la seguridad en los centros penitenciarios y reducir riesgos. En concreto, se refuerza la vigilancia en los talleres y cocinas del CIRE, se dotará de dispositivos de comunicación y emergencia (walkies y/o pulsadores de emergencia) a todo el personal y se reforzará también el personal al servicio de cocina. También se revisarán los puestos de trabajo, evaluando necesidades y carencias en materia de seguridad y se hará formación en protocolos de seguridad en los centros penitenciarios al personal CIRE. Además, se modificará la circular que regula la asignación de los puestos de trabajo de los internos a los centros penitenciarios en el sentido de valorar si el recorrido del candidato se ajusta al riesgo potencial del puesto de trabajo de destino.
De hecho, este martes se supo que las cárceles de Poniente y de Lledoners han decidido sacar de la cocina a los internos que cumplen condena por homicidio u otros delitos de sangre. Por ahora ya se han ejecutado cinco cambios de destino en Poniente, pero Justicia remarca que el motivo en Lledoners es regimental. Trabajadores de Poniente han pedido que se vaya más allá y se externalice el servicio de cocina, así como el de la cafetería, donde hay internos con cuchillos y productos de limpieza que pueden verter a la comida.
Además, el Departamento está trabajando en medidas que suponen un “salto cualitativo” del sistema en materia de seguridad. Mejorar el clima social y el bienestar emocional en los centros reduciendo la incidentalidad ha sido una apuesta que se ha concretado con medidas, aún por desplegar, que deberían poder acelerarse antes de que se acabe la legislatura, asegura Justicia.