La mítica sala Sidecar ha cerrado puertas este 31 de enero. La sala ubicada en la plaza Real de Barcelona, se ha traspasado y ha cambiado de propietario. Ha pasado de ser una discoteca a convertirse en una coctelería.
“Después de más de cuarenta y un años al frente de Sidecar, ha llegado el momento de cambiar de vida y dejar paso a otros que lideren la sala con la programación más longeva de la ciudad”, ha informado el amo de la sala Sidecar de Barcelona, Roberto Tierz, en un comunicado.
El local abrió en 1982 “por amor a la música y un espíritu rebelde e inconformista, y se ha mantenido a lo largo del tiempo sin perder su esencia”.
Ahora la gente podrá ir a tomar un cóctel y recordar aquellos viejos momentos pasados en la sala Sidecar.