El chef con estrellas Michelin, Artur Martínez, reabre local en Terrassa

La
tarea El Buen Gusto
, situada en la calle del Pare Millán de Terrassa, tiene detrás tres generaciones de cocineros. Tal y como dice su página web “tres generaciones al servicio de la autenticidad y de la pasión por nuestro oficio”. Y es que el origen de este local se remonta al año 1952, cuando los abuelos del chef fundaron un bar modesto que servía cocina tradicional.

A inicios de los 70 empezaron a reorientar el negocio haciendo también comidas para llevar; y no fue hasta el año 2002 que el bar de barrio se transformó en El Capricho, un restaurante bajo la dirección del chef Artur Martínez y su hermano Juanjo que en el año 2010 consiguieron entrar en el Olimpo de la cocina internacional alcanzando su primera estrella Michelin.

La carrera de éxito del chef continuaba avanzando a pasos acelerados y Martínez decidió abrir el restaurante Aürt en Barcelona, el cual también cuenta con una estrella Michelin. Pese a que el chef intentó recuperar el espacio como taberna en el año 2020, después de que hubiera sido años inactivo, la pandemia y el confinamiento estrujaron sus planes.

Ahora, sin embargo, la Tarea “El Buen Gusto” vuelve con fuerzas y energía renovada, y desde hace poco más de un mes ha reabierto sus puertas ofreciendo cenas de miércoles a sábados por la noche y almuerzos los sábados y domingos al mediodía.

La cocina que ofrece la tarea es un homenaje a su historia y raíces y, tal y como dice su filosofía, apuestan por “una gastronomía en peligro de extinción”. En su carta de tapas variadas, originales y a la vez tradicionales podemos encontrar el trinchado del Vallès, hecho a base de ingredientes de la comarca, además de auténticas patatas bravas, boquillas morunas o croquetas caseras de pollo al asado (todo un emblema del restaurante).

Ayer al mediodía, el propio alcalde de la ciudad, Jordi Ballart, se acercó a la labor del chef Artur Martínez acompañado del teniente de alcalde Maise Juncosa y Xavier Cardona. A través de sus redes sociales, Ballart afirmaba que “el Artur, un terremoto convencido, es de los que reivindica la gastronomía de calidad y proximidad haciendo una apuesta decidía paraecuperar nuestro patrimonio culinario“.