Este domingo una embarazada, sintiendo los dolores de parto, pidió un taxi para que la llevara al hospital. No fue a tiempo; dentro mismo del taxi la mujer se puso a parir mientras el taxista, avergonzado, avisaba a los Mossos.
Al llegar la patrulla, el trabajo ya estaba hecho, por lo que los Mossos tomaron el control de la situación y, ante el estado nervioso del taxista, uno de ellos cogió los mandos del taxi y el otro le abrió paso hasta el hospital con el coche patrulla.
El mismo domingo por la tarde, la pareja de Mossos que ‘intervinieron’ en el accidentado parto, visitaron a la madre y a la recién nacida, que se llama Waina, ambas en buen estado de salud, y las obsequiaron con un osito con el uniforme del cuerpo.