Con la llegada de la primavera, las orugas procesionarias que se concentran en bolsas durante la época invernal en las partes superiores de los árboles empiezan a bajar al suelo. Este hecho supone un peligro para las personas y animales domésticos si las tocan. Por este motivo, el Ayuntamiento ha realizado medidas proactivas para eliminar estas concentraciones.
Este año, el tratamiento preventivo llevado a cabo en otoño contra la mariposa con el producto fitosanitario autorizado ha tenido un efecto positivo en la reducción del número de bolsas.
El primer sistema de control que se aplica en el tratamiento habitual de la oruga procesionaria es la mejora de hábitats que deben potenciar los enemigos naturales como las puputs y otras aves insectívoras (instalación de cajas nido, conservación y mejora de los árboles viejos donde se alimentan las aves insectívoras, creación de espacios verdes protegidos que acojan la fauna auxiliar y mejora de la diversidad de especies). A partir de ahí, se hace un seguimiento de la incidencia de la plaga, se identifica el nivel de plaga y se actúa caso por caso en función de las propuestas de gestión. Cuando se detectan bolsas de procesionaria activas, se practica la lucha mecánica, cortando y quemando las bolsas.
En el caso de que las bolsas no se hayan detectado a tiempo, ya que muchas veces están ocultas, o se encuentran inaccesibles, se instalan trampas de captura para impedir la bajada en procesión al suelo, momento en el que existe el riesgo de contacto y reacción urticaria.
Finalmente, en los espacios afectados se instala señalización informativa con las medidas preventivas a aplicar.
Recomendaciones a la ciudadanía en caso de detectar bolsas
- Comunicarlo al Ayuntamiento indicando el lugar de la manera más precisa posible para facilitar la aplicación de las medidas de control.
- No tocar ni acercarse a las orugas.
- No dejar que los animales domésticos se acerquen.
- En caso de reacción alérgica, es necesaria atención médica.