La Red de Asociaciones de Familias de Alumnos de las guarderías de Barcelona ha presentado este viernes una instancia en el Instituto Municipal de Educación de Barcelona donde denuncian que las condiciones en las que se encuentran las trabajadoras y los centros no garantiza una atención adecuada a los niños. Las familias reclaman bajar ratios, garantizar la inclusión de niños con necesidades concretas, mejorar las condiciones laborales del personal de apoyo, garantizar las sustituciones de trabajadores desde el primer momento e internalizar servicios esenciales. La representante de la Red Raquel Ibáñez ha explicado a la ACN que hace tiempo que las familias observan falta de recursos y que las condiciones de trabajo de las educadoras “no es la adecuada“.
Una de las principales reclamaciones de las familias que llevan a sus hijos a las guarderías municipales es la bajada de ratios. Las familias denuncian que son “excesivamente altas” y que, a pesar de los esfuerzos del personal educativo, “no se puede garantizar un entorno físico seguro y acogedor y una atmósfera cálida“. “La falta de recursos humanos impide proporcionar una atención adecuada tanto a los niños como a las familias, afectando directamente la calidad de la educación”, apuntan.
Ibáñez ha añadido que se están “doblando” las ratios recomendadas por la Comisión Europea y ha añadido que, aparte de esta reducción, cada grupo debería tener garantizado dos educadoras durante toda la jornada. “Por lo tanto, aquí hay que poner más recursos”, ha asegurado.
En el texto, remarcan que sólo durante dos horas y media están estas dos educadoras por grupo y durante las cinco horas y media restantes hay “una ratio que no puede asumir ninguna garantía pedagógica ni educativa“. Bajar las ratios, dicen, es “imprescindible para garantizar una atención de calidad” y para poder “tener en cuenta las necesidades específicas de esta etapa”.
En el caso de la inclusión, en la instancia alertan de que “se ve vulnerada diariamente” porque no existen los “recursos necesarios para atender las necesidades concretas de muchos niños”. “La inclusión no es simplemente permitir que los niños con necesidades educativas especiales estén presentes, sino dotarlos de recursos para que puedan participar plenamente en la vida escolar”, indican.
Mejoras para el personal
Sobre el personal que trabaja en las guarderías municipales, las familias reclaman que se invierta el presupuesto “suficiente” para mejorar sus condiciones laborales porque, alertan, tienen un “impacto directo en el desarrollo y bienestar” de los niños.
En cuanto al personal de apoyo educativo, avisan de que se encuentra en “una situación de precariedad indigna del sector público”, con horarios partidos y de pocas horas, lo que, remarcan, provoca que tengan “contratos precarios que no garantizan condiciones laborales dignas“. “Esta precariedad afecta directamente a la calidad del servicio que pueden ofrecer, e incrementa la tensión dentro de las escuelas, especialmente en momentos de máxima demanda o complejidad del servicio”, alertan.
Además, lamentan que, con el nuevo pliego de condiciones para el curso 2024-2025, como mínimo una educadora por escuela ha dejado de entrar antes por la mañana para apoyar por la tarde. Este cambio, argumentan, “afecta negativamente al menos a un grupo”, ya que “la presencia del personal de apoyo en el horario de mañana era esencial para garantizar una atención adecuada a los niños” en una franja horaria que consideran “delicada”. Por este motivo, piden “resolver los problemas de atención por la tarde sin perjudicar ni comprometer el servicio de la mañana“.
Finalmente, las familias critican la externalización de servicios esenciales, como el apoyo educativo, la cocina y la limpieza, porque consideran que “pone en riesgo la calidad asistencial“. Argumentan que la quiebra de una empresa subcontratada el curso pasado afectó al servicio de comedor de casi el 50% de las guarderías municipales, un hecho que dejó la provisión de alimentos en manos del voluntarismo del personal. En el caso de la limpieza, advierten de que las bajas quedan a discreción de las empresas externas, lo que “puede comprometer” las condiciones de higiene de las instalaciones.
“Últimamente, observamos cómo las razones económicas son las que inclinan la balanza con respecto a las licitaciones, y no se tienen en cuenta otros factores importantísimos que puedan garantizar unas buenas condiciones del servicio”, lamentan.
Ibáñez ha puesto sobre la mesa que “realmente no se conoce” esta situación hasta que las familias no se encuentran, cuando los hijos entran en las guarderías municipales. Por ello, ha afirmado que hace falta concienciación e iniciativas para intentar cambiar esta situación.