Unas 600 personas, según la Guardia Urbana, se han manifestado este domingo por el centro de Barcelona a favor del decrecimiento turístico. Bajo el lema “El turismo nos roba pan, techo y futuro”, los manifestantes han salido de los Jardinets de Gràcia siguiendo la llamada de la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico.
Los manifestantes han cantado varias proclamas, como ‘Tourists go home‘ o ‘Un turista más, un vecino menos’; y han realizado acciones reivindicativas. Por ejemplo delante de la tienda Louis Vuitton del paseo de Gràcia o delante de un hostal de la calle Còrsega, donde se han vivido momentos de tensión. Los Mossos d’Esquadra han detenido la marcha en el cruce entre las calles Rosselló y Sicília para evitar que llegara a la Sagrada Familia.
Algunos de los manifestantes llevaban pistolas de agua, que han usado para tirar a símbolos que representan el turismo pero también contra algunos turistas. A pesar de algún enfrentamiento puntual, no se han producido problemas destacados más allá de lo sucedido ante un hostal de la calle Córcega. En este punto, los manifestantes han puesto pegatinas contra el turismo y precinto en la puerta, así como una traca de petardos y un bote de humo. Ante esto, un hombre ha salido del interior y se ha encarado con los manifestantes.
Antes, se había realizado una protesta frente a la tienda de Louis Vuitton a través de la cual han criticado que hace un año se cerró el Park Güell para que acogiera un desfile de moda de la marca.
Los organizadores querían que la marcha acabara en la Sagrada Familia, pero los mozos les han cercenado el paso antes de que llegaran. Tras estar un rato parado, la manifestación se ha reanudado como resultado de la mediación entre el cuerpo policial y los organizadores y ha finalizado en la avenida Gaudí, con la Sagrada Familia de Fondo.
Pan, techo y futuro
La marcha ha querido denunciar los efectos negativos que el turismo tiene sobre la vida de los vecinos. El portavoz de la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento, Daniel Pardo, ha apuntado que ahora mismo la consecuencia negativa más presente en la vida de los barceloneses es el encarecimiento de la vivienda. Ha añadido, pero que también hay efectos sobre el trabajo, ya que ha denunciado que el mercado en este ámbito “somete a las personas que trabajan en condiciones laborales y salariales de las peores”. Para hacer visible esta protesta concreta, la cabecera de la manifestación ha estado formada por trabajadoras de las “kellys”, de Top Manta Barcelona, del Park Güell, del Hospital del Mar y TMB.
La marcha de Barcelona es una de las que se han organizado en el sur de Europa. Pardo ha afirmado que el hecho de agruparse para protestar contra el hecho de que el sur de Europa se ha convertido en un “patio de vacaciones global” les da fuerza. El portavoz ha reivindicado que lo que hace falta es un cambio de modelo económico.
Otra de las reivindicaciones que se han podido escuchar durante la manifestación ha sido la oposición a la ampliación del aeropuerto de El Prat. De hecho, organizaciones como Zeroport han apoyado la marcha. Su portavoz, Ariadna Cotèn, ha asegurado que esta ampliación empeorará los problemas que hoy ya sufre la ciudad, ya que traerá más turistas y, además, afectará al medio natural.
Cotèn ha asegurado también que el mensaje que envían es hacia los políticos, no hacia los turistas: “Los turistas en realidad no tienen ninguna culpa de que esté pasando esta situación en Barcelona”, ha declarado.
“Estamos perdiendo la ciudad”
Los manifestantes han pedido poner límites al turismo y han alertado de los riesgos de no hacerlo. Renata Wülfinghoff, una alemana que lleva 42 años viviendo en Barcelona, ha asegurado a la ACN estar “harta” del rumbo que está cogiendo la ciudad. “Estamos perdiendo la ciudad. Los pisos están ocupados por turistas, las plazas están ocupadas por los turistas y el caso antiguo también”, ha declarado.
Por su parte, Misael Alerm, de la plataforma Stop Creuers Tarragona, se ha manifestado por “solidaridad” con Barcelona y ante el hecho de que en Tarragona se empiezan a ver los efectos de la “masificación turística”. “Estamos intentando defenderlo, antes de que pase lo que ha pasado aquí”, ha reflexionado. Alerm ha dicho que la nueva terminal de cruceros en Tarragona ha comportado un incremento del turismo que está llevando más contaminación, masificación y sueldos “miserables” entre los trabajadores de los cruceros.
El vicepresidente de la Asociación de Vecinos de la Izquierda del Ensanche, Xavier Riu, ha añadido que no están en contra de que vengan turistas a la ciudad, pero ha defendido que se busque “el equilibrio”. “Todos queremos que haya visitantes, pero hay un desgarro que se está cargando la ciudad”, ha dicho. Riu ha querido incidir en la problemática de la vivienda y, en concreto de los pisos turísticos, que provoca un “encarecimiento” del precio para los residentes y su “expulsión”.