Óscar Puente y los ‘Sonny Angels’: El ministro que no resiste a la nueva moda viral

Este viernes, durante la conmemoración del 46 aniversario de la Constitución Española en el Congreso de los Diputados, no sólo los discursos y la ausencia de líderes autonómicos llamaron la atención. Un detalle curioso captó la mirada de las cámaras: un ‘Sonny Angel’ pegado al teléfono móvil del ministro de Transportes, Óscar Puente.

Este pequeño complemento, que puede parecer poco destacable en un acto tan solemne, forma parte de una nueva moda viral que ha arrasado entre la Generación Z y que ha conquistado personalidades como Rosalía, Bella Hadid, Victoria Beckham y, ahora, también al ministro español.

¿De dónde vienen y que son los ‘Sonny Angels’?

Los ‘Sonny Angels’ son pequeños ninots con forma de bebé despojado, con varios gorros de frutas, animales o flores, que se han convertido en el accesorio de moda para los dispositivos electrónicos, desde teléfonos móviles hasta ordenadores.

Creados en 2004 por el diseñador japonés Toru Soeya, los ‘Sonny Angels’ nacieron como un amuleto de la suerte y se inspiró en los personajes de cómic ‘Kewpie’ creados por Rose O’Neill.

Originalmente, estos ninots medían 18 centímetros, pero con el tiempo se han reducido a unos 7-8 centímetros, lo que les hace el accesorio perfecto para engancharlos a teléfonos móviles y otros dispositivos. Su apariencia dulce, con cabeza grande y expresiones inocentes, se han convertido en auténticos fenómenos.

Lo más peculiar de estos ninots es que se venden en cajas sorpresa, de manera que el comprador no sabe qué modelo le tocará hasta que lo abre. Esta característica ha creado una auténtica fiebre en las redes sociales, especialmente en TikTok, donde los vídeos abriendo estos ninots se han convertido en virales.

De hecho, la popularidad de este complemento es tal que es difícil encontrar modelos disponibles en las tiendas en línea, con muchos de ellos agotados por la gran demanda.

Por lo tanto, si ves un ‘Sonny Angel’ en la parte superior del móvil de alguien, no te sorprendas: está claro que estos ninots han llegado para quedarse, e incluso han aterrizado en los pasillos del Congreso.