La autopsia practicada por el Instituto Médico Legal de Jaén al pequeño de 23 meses que murió el martes en Linares (Jaén) tras pasar seis horas olvidado en el coche de su padre de acogida ha revelado que la causa de la muerte habría sido hipoxia, es decir, falta de oxígeno.
Según publica Ideal, “el calor que se detectó en el interior del coche habría causado que el bebé, sin poder moverse en la silla, hubiera sufrido estrés a la hora de regular la temperatura corporal, dando a un golpe de calor, que hace que el cuerpo se sobrecaliente y sea necesario que trabaje más para mantener una temperatura interna normal”.
El coche donde estaba el pequeño estuvo más de seis horas estacionado a pleno sol, con temperaturas de hasta 29 grados, y los cristales tintados del vehículo habrían impedido que nadie se diera cuenta de su presencia.
HOMICIDIO IMPRUDENTE
El padre fue detenido por la policía por homicidio imprudente, siendo liberado esa misma noche. Su abogada, Rocío Garrido, sin embargo, rechaza la inculpación y habla de una barriga.
“Desde mi punto de vista legal entiendo que ni siquiera podemos hablar de distracción, entiendo que no hay homicidio, no se da el tipo penal de ningún tipo de lo que es el delito de homicidio”, ha declarado Garrido a Europa Press.
La familia formada por el padre de acogida, de 68 años y su mujer, de 50, eran familia de acogida desde el año 2017 y desde entonces habrían acogido hasta 13 menores, sin ningún problema importante hasta el presente. Su abogada los describe como una “familia ejemplar”.
Ahora, el acusado deberá someterse a varias pruebas médicas para intentar entender a este “lapsus temporal” que él asegura haber tenido desde el convencimiento de que “él, como cada mañana, había dejado al niño, de 23 meses, en la guardería”.
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