El presidente Pedro Sánchez ha cancelado su agenda pública a raíz de la denuncia interpuesta por la asociación Manos Limpias a su mujer, Begoña Gómez Fernández. Concretamente, se trataría de presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios, por lo que un juzgado de Madrid ha abierto una investigación.
En la carta que Sánchez ha hecho llegar a la ciudadanía a través de X, además de calificar estas acusaciones como falsas, confiesa ser “un hombre profundamente enamorado” de su mujer. Pero, ¿cómo empezó esta historia de amor?
En el año 2003 Pedro Sánchez, de unos 31 años en aquel momento, visitó a un amigo por el cumpleaños de éste en Madrid. En aquella fiesta, conoció a una joven Begoña, de 28 años, en la que se fijó y sentirse atraído inmediatamente. En aquellos momentos, el actual presidente aún no era concejal en el Consistorio.
Según ha explicado Sánchez en el programa En la tuya o en la mía a Bertín Osborne, Begoña le gustaba mucho y fue bastante insistente: “No sabes la tabarra que le voy a dar“. Ahora bien, ella también le correspondió y comenzaron una relación poco después. Comenzaron a convivir en el piso de Begoña en el barrio de La Latina de Madrid.
Dos años después de unir sus caminos, Pedro y Begoña fueron padres de su primera hija: Ainhoa, de 18 años actualmente, y dos años después de Carlota, de 16. Tras el nacimiento de Ainhoa, la primera de ellas, Sánchez le pidió matrimonio a su ahora mujer en un restaurante. Así fue como en el año 2006 se casaron.
De hecho, este enamoramiento del que habla el presidente lo refleja con pequeños actos, como cada mes regalarle flores. Begoña Sánchez siempre ha sido una compañera enérgica y tenaz por Pedro Sánchez y, según sus mismas palabras, ella es “constructiva, positiva y siempre ve el gorro medio lleno”.