Alejandro, un niño de tan solo 10 años, se enfrenta a la batalla más difícil de su vida.
Deportista y lleno de energía, este pequeño almeriense ha pasado gran parte de su infancia corriendo y jugando como cualquier otro niño.
Sin embargo, hace dos años, su vida dio un giro inesperado cuando, después de varias semanas con fiebre que no respondía a los tratamientos habituales, le diagnosticaron leucemia.
Desde entonces, su día a día ha transcurrido prácticamente en un hospital, donde ha recibido el tratamiento necesario para luchar contra esta devastadora enfermedad.
Aunque Alejandro no sabe que padece cáncer, soporta los dolorosos efectos secundarios del tratamiento con una fuerza y optimismo admirables, siempre acompañado de una sonrisa.
La esperanza para su curación reside en un trasplante de metálica ósea, para el que se requiere un donante 100% compatible, lo que se conoce como su “beso de sangre”.
A pesar de la búsqueda extensa, todavía no se ha encontrado la persona adecuada, y el tiempo va pasando: los médicos han dado un plazo de solo cuatro semanas para encontrar al donante antes de que sea demasiado tarde.
Actualmente, Alejandro se encuentra en aislamiento, preparándose para el trasplante mientras sus padres mantienen la esperanza de que alguien, en algún lugar, sea compatible con él.
La familia ha hecho un llamamiento urgente a la sociedad para que todos aquellos que puedan convertirse en donantes se inscriban y ayuden a salvar la vida de su hijo.