El programa First Datas de Cuatro vivió una cita de esas que dejan huella, pero no por el amor a primera vista, sino por un enfrentamiento de caracteres, valores y maneras de entender la vida. Isabel, una viuda gerundense de 66 años, y Pere, un barcelonés de 64, no tardaron mucho en descubrir que no compartían ni ritmo ni filosofía de vida.
“Yo soy como soy, no cambio por nadie”, advertía Isabel desde el principio. Con una trayectoria marcada por la pérdida de su marido después de más de cuatro décadas juntos, aseguraba que ahora estaba preparada para volver a amar. Pero la conexión con Pedro no llegó en ningún momento.
Desde el primer momento, Isabel expresó que el aspecto físico de su cita no le había gustado nada: “Es más joven que yo, pero parece mi padre”. Él tampoco se mordió la lengua: “La encuentro demasiado primita, yo las prefiero con más curvas”.
Las diferencias no se quedaron en lo físico. Pedro se definía como un hombre espontáneo y sin filtros, y así lo demostró hablando abiertamente de su estilo de vida, con desayunos contundentes, poca actividad física y un gusto por las relaciones sin compromiso, lo que chocó de lleno con los valores de la Isabel. “No puedo estar con un hombre que no se mueve y se queda pegado al móvil”, afirmaba ella con resignación.
Pero el punto de inflexión de la velada llegó con la política. Pedro se declaró independentista sin ataduras, una afirmación que Isabel no dejó pasar: “No me gustan mucho los catalanes independentistas, siempre hablan de lo mismo”, espetó.
Con esta mezcla, la decisión final no sorprendió a nadie. Isabel descartó una segunda cita por “incompatibilidad total”, mientras que Pere, con su habitual franqueza, también rechazó volverse a ver: “Me has deprimido”, admitió.
Una cita que demuestra que, a pesar de las ganas de encontrar el amor, hay parejas que simplemente no están destinadas a entenderse ni en la mesa ni en ningún sitio.