Illa avisa a los comunes de que el Hard Rock es un debate del pasado

Salvador Illa se ha mostrado “decepcionado y enrabietado” con el ‘caso Koldo’ y ha lamentado que en un periodo de tiempo en el que se dio “lo mejor de la condición humana” también surgieran este tipo de comportamientos que son un reflejo de la “peor” parte de la sociedad. “Aclaramos lo que haga falta y lleguemos hasta el final para que caiga el peso de la ley sobre quien tenga que caer”, ha expresado el socialista.

En este sentido, ha defendido que el ministerio de Sanidad que él dirigía durante la covid19 “hizo las cosas bien hechas” y actuó “de acuerdo con la ley en un momento muy delicado en el que lo que se tenía que hacer era proporcionar los medios para superar la pandemia”. Asimismo, se ha mostrado tajante y ha remarcado que “ni un solo euro del ministerio salió hacia la empresa implicada”.

Ha expresado su disponibilidad para esclarecer los hechos tal y como, ha recordado, ya hizo durante la emergencia sanitaria. “Voy a comparecer 39 veces en el Congreso y en el Senado y voy a contestar más de 8.000 preguntas”, ha indicado. Preguntado sobre el exminsitro José Luís Ábalos, ha considerado que “una persona que ha tenido una responsabilidad debería renunciar cuando su partido se lo pide”.

Amnistía para girar hoja

El socialista también se ha referido a la aprobación en la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados del borrador de la ley de amnistía. Ha asegurado que si ahora ha prosperado es porque se han dado las condiciones para hacerla. Haa valorado que es un ejemplo de “política pragmática” y ha dicho que es una “buena solución” que requiere “coraje”. Al mismo tiempo, ha felicitado a todas las formaciones que lo han hecho posible y ha sumado los grupos que se oponen a sumarse.

Ha negado que este proyecto legislativo suponga que el PSOE ha cedido a las demandas de las formaciones independentistas. Ha asegurado que la propuesta se ha trabajado para que reuniera las dos condiciones necesarias para prosperar y que eran “disponer de los suficientes apoyos en el Congreso para tener suficiente solidez jurídica y poder pasar el filtro del Tribunal Constitucional y el TJUE”.

Preguntado sobre sería bueno que Marta Rovira o Carles Puigdemont volvieran a Cataluña, ha afirmado que este es uno de los objetivos de la nueva ley. Ha explicado que lo que se pretende es “girar hoja” para que “todo el mundo pueda volver” y Cataluña pueda recuperar la normalidad social, política e institucional. En referencia a la posibilidad de tener que enfrentarse con Puigdemont en las futuras elecciones al Parlament, ha dicho que es una decisión que tendrá que tomar el expresidente y Junts. Con todo, ha remarcado que no tiene ningún inconveniente en que “todo el mundo que quiera haga política siempre que sea dentro del marco de convivencia marcado”. “Yo no quiero ganar el partido de fútbol para que los demás no puedan alinear a quienes quieren en el campo de juego”, ha dejado claro.

Aunque no ha querido posicionarse sobre si estaría dispuesto a gobernar junto a una formación independentista, tampoco se ha negado. Ha dicho que se centrará en su trabajo en el Parlament y en dirigir el PSC si es que sus compañeros lo revalidan al frente del partido. “Haremos política útil”, ha sentenciado.

Illa ha asegurado que esta semana y la que viene son de las más importantes de la última década para la política catalana porque se están dando tres hitos claves para la “superación” del pasado. Por un lado, ha celebrado que la ley de amnistía haya dado un paso adelante, porque ha considerado que no es una medida “para ayudar a Puigdemont, sino para que Cataluña pueda girar hoja”. Ha remarcado que el acuerdo de presupuestos con ERC no tiene por objetivo salvar a Aragonès, sino que Cataluña pueda salir de la “parálisis” en la que se encuentra. Al mismo tiempo, ha explicado que el próximo congreso del PSC debe servir para pensar en un proyecto de país y definir un “rumbo” para Cataluña.

Avisa a los comunes de que el Hard Rock es un debate del pasado

Sobre las cuentas catalanas, ha criticado que los comunes responsabilicen al PSC de bloquearlas y ha dicho que el debate sobre el Hard Rock que plantea la formación es “del pasado”. Así, ha dicho que no entiende por qué motivo una cuestión que en 2023 no les impidió apoyar los presupuestos ahora si que parece una “cosa insalvable”. Ha recordado que la licencia del proyecto la otorgó Oriol Junqueras en el año 2018 y no los socialistas. Además, ha pedido a todas las formaciones que hagan un esfuerzo porque “Cataluña no se merece que en un momento como el actual se den cuenta de los intereses de partido a los de país”.

También ha hablado de las negociaciones para el futuro gobierno del Ayuntamiento de Barcelona y los presupuestos de esta institución. Ha dicho que el PSC no es partidario de “mezclar libretas ni hacer cambios de cromos” y ha defendido el trabajo del alcalde Jaume Collboni.

El socialista no ha querido adelantar nada sobre el futuro del PSC y de Miquel Iceta. Con todo, ha admitido que es un “activo” muy destacado para el socialismo catalán. Ha explicado que en las últimas semanas se ha reunido con las dieciséis federaciones del PSC y con las juventudes y ha escuchado sus opiniones sobre cómo se debería hacer la dirección del partido. “A partir de ahí haré una propuesta”, ha afirmado.