“Esta investigación es la primera que examina un influencer virtual (VI) en la industria turística, analizando específicamente cómo se relaciona con los consumidores jóvenes y teniendo en cuenta los principios éticos que marca la Organización Mundial del Turismo (OMT)”, explica la profesora Eva Martín, una de las autoras del artículo. Los VI, más frecuentes en sectores como los de la belleza, son especialmente populares entre los llamados milenials y los miembros de la Generación Z, nacidos entre los años 80 y 2010. “Esto los convierte en un activo valioso para las marcas que quieren conectar con el público más joven”, destaca la profesora Berta Ferrer.
La Sena es una VI pionera en el sector de los viajes y la hostelería, creada por Cenizaro Hotels & Resorts, una empresa que gestiona una variedad de propiedades de alto nivel en lugares como las islas Maldivas, Indonesia, Túnez, Mauricio y Zanzíbar. Las investigadoras de la FGSHSCSP han analizado sus publicaciones en Instagram y han comprobado cómo una influenciadora virtual puede transmitir autenticidad y conexiones emocionales.
Los resultados señalan que la influencer virtual promueve el patrimonio cultural y las características locales únicas de cada lugar, así como la sostenibilidad, pero no toca temas como los derechos laborales, la responsabilidad profesional o la aplicación del código ético. “Hay una falta de enfoque de determinadas dimensiones éticas, posiblemente debido a la estrategia de contenido, que prioriza las narrativas culturales y ambientales por encima de las cuestiones relacionadas con la ética laboral o profesional”, subraya la investigadora postdoctoral Oliveras Martí. “Son áreas potenciales a mejorar para garantizar un enfoque ético más integral”, añade.