Clara Macaya es una chica que vivió un auténtico infierno para intentar llegar a Reus, desde Vic, en transporte público el pasado Navidad. El programa ‘Todo se mueve’ ha contactado con ella para explicar su historia y pedir mejoras en el transporte público para la gente que, como ella, necesita transportes seguros y adaptados, algo que no se encontró el pasado 22 de diciembre.
Según recoge el programa, la Clara vive en Vic, pero el 22 de diciembre reservó un autobús para viajar hasta Reus, donde vive parte de su familia. La hora de salida era a las 08:15 h, que fue el momento en que comenzó el Vía Crucis de la Clara para recorrer los 129 kilómetros en línea recta que separan las capitales del Baix Camp y de Osona.
La Clara reservó plaza en el autobús con 36 horas de antelación para asegurarse de que podría viajar en un autobús adaptado y poder subir con su silla de ruedas. Pero el autobús que llegó a la estación no estaba adaptado. La chica pidió la hoja de reclamaciones, pero “no le quisieron dar” y le recomendaron coger el siguiente bus adaptado, que salía a las 10:45 h, dos horas y media después.
Tras superar el primer tropiezo, la Clara llegó a La Sagrera, en Barcelona, donde tenía que coger un tren que la llevaría a Sants, donde tenía que coger otro tren en dirección a Reus. Pero se encontró con un nuevo problema: los ascensores para bajar al andén no funcionaban.
La joven tuvo que coger un taxi para poder ir hasta Santos, pero allí se repitió el problema: los ascensores para bajar al andén de donde salía su tren, tampoco funcionaban. La solución que le dieron fue esperar hasta que pudieran cambiar de andén uno de los trenes que se dirigía al sur de Cataluña, y así podría usar otros ascensores que sí funcionaran para bajar.
Cuando el tren llegó, la Clara se encontró con otro obstáculo: el precio de este tren era más elevado que el que ella había comprado, así que no la dejaron subir. Se tenía que esperar a un nuevo tren que tuviera los billetes a un precio similar al que ella tenía. Y este tren no llegaría hasta las 18:30 h.
Clara hacía 10 horas que tenía que empezar su viaje, pero todavía estaba en Barcelona. Finalmente, la joven pudo coger un tren en dirección hacia Reus, pero el transporte público todavía tenía una nueva sorpresa para ella: le dijeron que no podía bajar a Reus por un problema del andén y que, por seguridad, se tenía que bajar a Tarragona.
Harta de la situación y de los problemas con los que no paraba de encontrarse, la Clara acabó llamando a su padre para que lo fuera a buscar a Tarragona: “Me siento con mucha impotencia, sobre todo por no poder reclamar nuestros derechos y dejar constancia de ello en una hoja de reclamaciones”, explica la joven.
La Clara ha denunciado su caso y los problemas con los que habitualmente se encuentra a la hora de desplazarse en transporte público. Asegura que requiere mucha planificación, y que muchas veces incluso es insuficiente para asegurar que luego pueda desplazarse. Todos estos tropiezos al final hacen que dude sobre el hecho de viajar. “Me genera rabia e inseguridad decir, ostras, es que por mucho que lo reseme no sé si será garantía de nada, siempre hay muchas trabas”, explica.
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