El Ayuntamiento de Terrassa se ha convertido este miércoles en un punto de recuerdo y homenaje a las personas que perdieron la vida durante las riadas de 1962, que afectaron a todo el Vallès pero especialmente a la ciudad vallesana.
Al margen de las víctimas mortales, también se ha querido recordar a los desaparecidos en la tragedia, la mayoría niños, y que ahora, a través de una campaña conjunta con la Asociación Niños Desaparecidos de la Riada de 1962, se intentan localizar u obtener pistas para saber si fueron vendidos. La jornada ha arrancado por la mañana con la instalación de un libro de firmas en el atrio del Ayuntamiento, donde también se ha podido depositar flores.
Ya por la noche, un pleno monográfico y un acto ciudadano ante el consistorio han culminado el homenaje.
El acto institucional, bautizado como Pleno de la Dignidad, ha arrancado a las 19.30 h, justo cuando hace 62 años comenzó a llover de manera intensa en el Vallès.
Con intervenciones de las portavoces de la Asociación Niños Desaparecidos de la Riuada de 1962 y de la Comisión de Rieras, la sesión ha contado con la lectura de un texto entre todos los representantes de los grupos municipales, que han acordado un mensaje conjunto sobre el impacto que tuvo la tragedia para la ciudad.
En el orden del día del pleno se han validado unos acuerdos para expresar el condolencia a las víctimas de las riadas de hace 62 años. “Expresar el condolencia, el reconocimiento y la solidaridad del Ayuntamiento de Terrassa a todas las víctimas de la riada del 25 de septiembre de 1962, tanto en nuestra ciudad como en todos los municipios afectados por una de las mayores catástrofes naturales y sociales que se han registrado en la Europa del siglo XX y la peor de las que han tenido lugar en la historia reciente de Cataluña y de España”, se destaca en el texto.
Del mismo modo, se ha expresado el agradecimiento del Ayuntamiento a las personas, entidades y colectivos que han trabajado durante décadas para preservar la memoria colectiva y averiguar qué pasó con la gente desaparecida, así como los que participaron de manera solidaria al atender a las víctimas en las horas posteriores de la tragedia.
El texto también incluye una serie de observaciones de la eóca, en las que se desaconsejaba construir viviendas en el punto de la desgracia, una actuación que atribuyen a la especulación inmobiliaria de mediados de los años 60, en la que la llegada de población procedente del sur del Estado llevó a construir infraviviendas y vivir en condiciones complicadas.
La tragedia, apunta el consistorio en el texto, se produjo por causas naturales, pero se amplificó por “la acción o inacción del gobierno municipal y del régimen franquista”.
Todo ello, destaca, provocó entre 300 y 400 muertos en Terrassa, cifra que se eleva al millar en todo el Vallès, con la destrucción de unas 200 casas que comportaron estragos materiales por valor de 800 millones de pesetas de la época.
“Los terribles efectos de la riada tienen mucho que ver con la desidia institucional, con la discriminación hacia las personas y familias inmigrantes, con toda una red de intereses económicos y de poder conectados, con el ansia de beneficios desmesurados y con la pobreza”, ha destacado el alcalde, Jordi Ballart, en su discurso.
En este sentido, ha puesto énfasis en la necesidad de determinar de la manera más exacta posible cuántas personas perdieron la vida en la riada, qué pasó con los desaparecidos y definido un relato “ampliamente compartido sobre los hechos”.
“Hay que avanzar hacia un proyecto de futuro para nuestras rieras y para el conjunto de Terrassa y del Anillo Verde, con el que culminaremos el gran crecimiento urbanístico de los siglos XIX y XX, todo el proceso que nos ha llevado de ser una pequeña villa a una gran ciudad”, ha destacado Ballart, señalando la necesidad de evitar que vuelva a producirse una desgracia de aquellas características.
“Este Ayuntamiento ni es ni se considera heredero del ayuntamiento franquista ni de sus responsabilidades, por acción o por omisión, sobre las dramáticas consecuencias de la riada, pero sin embargo creo que ha llegado el momento de pedir perdón a las víctimas y a sus familias, en nombre de este Ayuntamiento y de esta ciudad”, ha añadido.
El pleno ha acabado con la actuación del director de la Escuela Municipal de Música, Lluís Heras, que ha interpretado el Canto de los Pájaros y se ha hecho un minuto de silencio.
Posteriormente, el acto de homenaje se ha trasladado ante el Ayuntamiento, que ha iluminado la fachada de color verde, y se ha realizado una actuación musical del Coro Montserrat.
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