Más de 100 personas en el funeral de Tomás después de que matara a su mujer, Margarita

El asesinato de La Margarita, una mujer de 36 años que murió a tiros de su marido, Tomás, quien luego se suicidó, está provocando una oleada de indignación en el país. Su varón fue despedido por más de 100 personas en su funeral, mientras que el cuerpo de la mujer sigue en una cámara frigorífica esperando que alguien lo reclame y le dé entierro.

Los hechos ocurrieron el pasado fin de semana en Alicante, en el barrio Raval Roig, donde un hombre mató a La Margarita, una mujer de 36 años, de nacionalidad rusa, con quien estaba casada. El Tomás la mató a tiros de escopeta y luego se suicidó.

Desde entonces, la Policía Nacional ha intentado ponerse en contacto con familiares de la Margarita en Rusia, pero hasta ahora nadie ha reclamado su cuerpo ni ha querido hacerse cargo del entierro. Mientras tanto, su cuerpo continúa en una cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal de Alicante.

El Tomás, en cambio, ya ha sido enterrado. Su familia, que ha rechazado hacerse cargo de la Margarita aunque estaban casados, celebró su entierro este martes, al que acudieron hasta 100 personas para despedirse de él.

La ceremonia contó con sacerdote, que recordó el “sufrimiento” del Tomás durante el último año y la “presión psicológica” a la que estaba sometido. Un “chico bueno y servicial”, llegó a decir. Unas palabras que han provocado mucho malestar porque, consideran, minimiza el crimen y su tipología —violencia de género— y pone el foco sobre el asesino en lugar de la víctima.

Según explica ‘Telecinco’, en el funeral había una amiga del Tomás que ha revelado que el hombre le confesó la situación en la que se encontraba con su mujer. Él aseguraba que “se había casado con el demonio” y que “le estaba arruinando la vida”. Según la mujer, ella pidió a Tomás que no usara la violencia, pero 24 horas más tarde, la Policía encontró los dos cadáveres en la vivienda.

Hacia las once de la noche del domingo se localizaron los cuerpos del Tomás y la Margarita. Hacía unas 10 horas que había muerto ella, y unas 9 horas que había muerto él.