Endesa multiplicó por dos los beneficios entre enero y marzo de este año, y los situó en los 583 millones de euros. Los ingresos de la eléctrica en este periodo llegaron a 5.899 millones, un 6,3% más respecto al mismo periodo el año pasado. En cuanto al resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 1.431 millones, un 33,2% interanual más. La compañía destaca que “la necesidad de nuevas inversiones en redes será enorme”, con una “creciente competencia” por los recursos financieros. En esta línea, el conseller delegado de Endesa, José Bogas, insta a “revisar la fiscalidad de la energía nuclear para garantizar su viabilidad económica” con la voluntad de que pueda “proporcionar seguridad de suministro en los próximos años”.
Bogas sostiene que para lograr la reindustrialización en el Estado es necesaria “una red robusta y resiliente, lo que requiere de inversiones significativas, junto con una remuneración justa“.
En cuanto a la deuda bruta, Endesa apunta que se mantiene “estable” respecto al cierre del ejercicio de 2024, con 10.500 millones. Por su parte, la deuda financiera neta subió un 9% en comparación con el cierre del año pasado, hasta 10.200 millones.
La compañía justifica los resultados de los tres primeros meses del año para, entre otras razones, “el buen comportamiento” del margen del gas, a la desaparición del impuesto extraordinario de sociedades del 1,2% y “a la buena evolución de los negocios liberalizados” como la generación y la comercialización.
Por otro lado, la multinacional avisa de que “la inestable situación geopolítica” provocó la crecida de los precios de las materias primas y eso se sumó “a la alta volatilidad” por los precios del ‘pool’ eléctrico. En este sentido, situó el importe medio en los 85 euros el MWh, un 90% más que en el primer trimestre de 2024.