Llevo mucho tiempo escuchando hablar de sentimientos, viendo a ciertos representantes de los ciudadanos mezclando la política y la gestión municipal con los sentimientos. Todos sabéis que he nacido en Asturias, un paraíso natural del que estoy muy orgulloso, pero llevo 16 años de mi vida en Cataluña, en la que he realizado sueños, y en la que aun me quedan muchos por cumplir.
Es triste ver y vivir las situaciones que últimamente se están dando. Triste para un demócrata liberal que observa la pérdida de derechos y libertades sufridas por los diputados de la oposición, liderada por Cs, los días 6 y 7 de septiembre en el Parlament de Cataluña. No debemos de olvidar que los grupos de la oposición en Cataluña cuentan con más votos de la ciudadanía que quien gobierna. Y vergonzoso ver cerrado por los independentistas el Parlament donde estamos representados todos y donde se debería estar trabajando para solucionar los problemas reales que nos preocupan a todos los catalanes.
Personalmente, para mí fue igual de triste y vergonzoso ver como también se anulaba el pleno del ayuntamiento de Calafell a petición de los grupos separatistas. Todo ello avalado por la abstención del PSC, grupo al que pertenece el alcalde que se supone representa a todos los vecinos de Calafell.
Querer es respetar; querer a Cataluña debe ser respetar a los más de 7 millones de catalanes, a todos y cada uno de ellos; querer a Cataluña no es enfrentar a sus ciudadanos, ni incitarlos a tomar las calles, ni obligarlos a señalar al que piensa diferente; querer a Cataluña no pasa por imponer ideas, ni suplantar banderas, como tristemente he visto el día que se anulo el pleno cuando un grupo de vecinos sustituyó la senyera por una bandera estelada que representa una ideología política concreta que genera fractura y división entre los vecinos.
Otro triste episodio para la historia de Calafell en el que los partidos que defendemos la democracia y el respeto por las leyes fuimos increpados y advertidos con un ‘debéis acostumbraros ya que esta es la nueva bandera de la republica catalana’, situación de extrema gravedad democrática que ocurría ante los ojos de nuestro alcalde, el regidor de vía pública y la complicidad del regidor de seguridad ciudadana.
En política hay que ser responsable y cumplir y hacer cumplir las leyes, aunque para algunos cumplir las leyes choque frontalmente con sus sentimientos o deseos. En estos tiempos que nos toca vivir, los políticos debemos ser más responsables que nunca, valientes y dignos del cargo que representamos, que veces pasa por dar voz a muchos vecinos que no la tienen. Por eso, no entiendo el voto en contra del PSC junto a los independentistas a la moción presentada por Ciudadanos en Calafell de apoyo a los funcionarios y de respeto al marco legal que nos ampara, es decir, a la Constitución y al Estatut de Cataluña.
Querer a Cataluña es potenciar su crecimiento, amparar a sus familias, trabajar por solucionar sus problemas y no todo lo contrario; querer a Cataluña es querer la convivencia de sus ciudadanos y facilitar que todos nosotros podamos participar en la creación del futuro, de España y de Europa, y esto no lo facilita ni un golpe a la democracia, ni hablar de democracia cuando en realidad se convocan un acto ilegal que nos excluye a la mayoría de catalanes de las urnas. Por eso desde Cs pedimos unas elecciones autonómicas que nos permitan participar a todos los catalanes y volver al amparo de las leyes, unas elecciones en las que elijamos un presidente o presidenta que de verdad quiera a Cataluña, porque querer a Cataluña es respetarla, protegerla y dejarla crecer.
José Manuel Tejedor
Portavoz Cs Calafell
