Los grupos independentistas tumbaron ayer junto a las derechas los presupuestos de España y con ellos una buena oportunidad para Cataluña de empezar a recuperar todo lo perdido con los recortes y la inoperancia en los últimos años del gobierno catalán.
La enmienda a la totalidad de ERC y el PDeCAT es un NO rotundo, flagrante e incluso insultante a miles de familias catalanas que veían en los presupuestos más sociales de la historia democrática de nuestro país una oportunidad para revertir los recortes que el Partido Popular y Convergencia nos impusieron.
Pero cuando hablamos de cifras en ocasiones olvidamos a las personas. Fijamos nuestra mirada en atractivos datos económicos y damos la espalda a las familias que de verdad necesitan que esas cifras se conviertan en realidad.
Escuchando a los lideres independentistas alardear de su veto a un presupuesto que destina el 60% de sus partidas a políticas sociales sentí tristeza. Tristeza por todos aquellos vecinos y vecinas a los que ERC y PDeCAT les estaban arrebatando la posibilidad de mejorar su calidad de vida. Jamás seré capaz de entenderlo. Deberán explicarlo.
Deberán explicarle a 6.500 pensionistas del Vendrell por qué han dicho NO a subir las pensiones.
Deberán explicarle a 4.500 familias por qué han dicho NO a ayudas para el material escolar de sus hijas e hijos.
Deberán explicarle a 700 jóvenes parados por qué han dicho NO a un plan de choque contra el pato juvenil
Deberán explicarle a cientos de alumnos universitarios por qué han dicho NO a la subida de becas.
Deberán explicarle a todos esos vendrellencs i vendrellenques que madrugan cada día para utilizar un deplorable servicio de Rodalies por qué han dicho NO a una suculenta inversión más que necesaria.
Deberán explicar, a fin de cuentas, por qué han decidido decir NO al Vendrell y sus ciudadanos.
Por qué son capaces de votar contra los intereses de las ciudadanas y ciudadanos del Vendrell para seguir abrazando una bandera que ha dejado una Cataluña partida por la mitad.
El procés ha fracturado Cataluña dejando a su paso una estela de desastres políticos, sociales y económicos que las y los catalanes llevamos demasiados años pagando. Pero eso les da igual.
Seguirán como siempre, falseando una realidad paralela, cerrando el Parlament y desechando cualquier opción de legislar para todas y todos. Mientras tanto, los ciudadanos y ciudadanas del Vendrell seguiremos pagando la bravata de unos irresponsables que antepusieron la bandera a la gente.