Divendres, 29 de març de 2024
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Martín Grondona: “Saldremos, no lo dudes…”

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Termina 2017 y para PODEMOS fue un año espantoso.

Nos dieron por todos lados pero además internamente nos dimos por todos lados. No hace falta poner nombres, para qué, ni tampoco citar estadísticas porque simplemente el resultado es que peor no podemos estar. La falta de formación política está a la vista. Discutimos cualquier cosa, con un acopio de información incompleta y ausencia de argumentos sólidos que irremediablemente finaliza sin conclusiones superadoras a cualquier conflicto.

Un final de año desastroso, sin lugar a dudas el peor desde nuestros inicios.

¿Cómo reconstruimos entre todos una solución? Creo que hay que volver a la calma, sentarse cara a cara, relajarse mucho, dejar las redes sociales para atacarnos y despacio, muy despacio, comenzar a reconocer nuestros errores y analizar todo con gran tranquilidad.  Lograr esto que parece tan simple y no lo es, estoy convencido que nos servirá para volver a empezar. Porque de eso se trata. Volver a empezar.

En PODEMOS perdimos mucho; sobre todo perdimos la ilusión por querer cambiar las cosas a velocidad de vértigo. Todos anunciaban y con verdad que el descenso de PODEMOS era esperable. Así lo decían todos los analistas políticos por acarrear un crecimiento insostenible de militantes y simpatizantes junto a la generación de enormes expectativas que cuando se han tenido que concretar en el Congreso o en la vida normal del día a día, no fue así, y parecería ser que  la “nueva política” que tanto defendimos la transformamos en pocos meses en vieja política.

Y esta ausencia o pérdida de identidad se refleja en haber abandonado en nuestros rostros la alegría de ser partícipes de algo bueno y transformador. La satisfacción de ser partícipes del cambio en España no se logró y por ello este 2017 cuando levantemos las copas será triste, gris, desconsolado y principalmente dolorido.

Estuvimos años confundidos en la mal llamada izquierda. Cómo creer que con solo ser de izquierdas se solucionaría todos los problemas. Porque los problemas siguen y son de todos y ataca a todos sean personas de derecha o izquierda. La pobreza, el desempleo, los desahucios y la falta de una buena gestión política que nos llevaron a descubrir a diario la palabra “recorte” parecerían ser que han terminado con nuestra ilusión.
Y en PODEMOS se perdió el discurso uniforme para toda España, especialmente ahogado en el tema catalán.

Es decir, reconozcamos que los que gobernaron han gobernado muy mal y los recortes de la mano de la irresponsabilidad política reflejada en desproporcionadas deudas en ayuntamientos, autonomías y el propio estado español, ha traído como resultado final la falta de empleo de calidad. Porque se gobernó muy mal.  Y el empleo bien remunerado es lo único que debería servir para medir la riqueza de un país que brinda la calidad de vida de sus habitantes. Y claro,  si a esta ausencia de una buena gestión pública y buen gobierno le sumamos cientos de miles de casos de corrupción, estamos donde estamos.

Son tantos los compañeros llenos de dudas, desmoralizados y abatidos en PODEMOS que solo me limitaré a pedir un deseo a este compendio de quejas, a este desanimo justificable y por lo cual que todos hemos perdido algo que hay que volver a reconstruir y que es la confianza en este proyecto llamado PODEMOS.

Dice mi compañera y senadora Celia Cánovas… “No es cierto que la indignación haya desaparecido, o que motivó en su día a salir a las plazas, hoy no exista, NO ES CIERTO, hoy más que nunca existe pobreza, corrupción, salarios indignos, paro, desigualdad, recortes tremendos en salud y educación. ¿Es que acaso ha mejorado la situación desde el 15M? ¿Es que no estamos indignados?

Otros dicen… Estuvimos tan cerca de ganar que Pablo Iglesias e Iñigo Errejón no estuvieron a la altura de las circunstancias y con ellos peleando en las redes sociales y en la televisión, el comienzo de nuestra sangría política estaba marcado. Creo que así fue sin dudas, y unas simples disculpas públicas de nuestro Secretario General diciendo “lo hicimos muy mal, pésimo” no fueron suficientes para curar las heridas que aun allí están.

Pero también creo que justamente el hecho de haber estado tan cerca de ganar y a tanta altura fue lo que hizo despatarrar el proyecto PODEMOS. Lograr tanta altura con una grave falta de formación de “cuadros políticos” comprometidos con ese proyecto, está haciendo tambalear todo el partido.

Cuando nuestros dirigentes “que salen en televisión” miraron para abajo y cuando se enfrentaron a la “gente común haciendo política” de la cual estábamos tan orgullosos, ellos estaban muy lejos y distanciados y la fractura era inminente. Nadie percató de los que “salen por la televisión” que los círculos se estaban desintegrando frente asus narices y a pasos agigantados porque estaban demasiado altos en sus peleas.
Y ahora así estamos, en pelotas y a los gritos…

Por ahora la política ha fracasado. Entonces es tiempo de reconstruir y ¿saben por qué?

Porque muchos están contentos de que a PODEMOS le vaya mal. Claro que sí. Y por ello principalmente  debemos reconstruir el proyecto PODEMOS, por todos aquellos que en la miseria, en la pobreza, con familias desestructuradas y sin ningún tipo de esperanza en esta tierra, están cansados de ver recortados sus derechos constitucionales y sociales de salario y vivienda digna y solo esperan un milagro.
Ojalá que este milagro se llame PODEMOS.

Y solo depende de nosotros… Una vez más, si…  ¿Se podrá reconstruir sobre tanto desanimo?

Espero que sí y en los próximos meses debiéramos de verlo y sino es así, pues seremos la nueva versión de la izquierda española, minoritarios, pequeños, y aspirando a recoger lo poquito que deja el PSOE con nuestro lenguaje elocuente hablando de la unidad de la izquierda y llenos de siglas. ¿Lo recuerdas, no?

Hay que refrescarlo todo y volver a intentarlo. Y sugiero a todo militante de PODEMOS que aún cree en que nosotros seremos la próxima fuerza del cambio, que todos los días, antes de salir a la calle vea este ese magnífico video en YouTube  llamado “Pablo Iglesias y la izquierda”, y verás como todo es posible.

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