¡Ilusionados con Tarragona!

Hace ahora dos años más de 13.000 tarraconenses y tarraconenses decidieron con su voto que el PSC gobernara la ciudad y que Rubén Viñuales fuera el nuevo alcalde de Tarragona.

La amplia victoria socialista (superior a la que pronosticaban las encuestas) demostró que la ciudad pedía un cambio y un nuevo rumbo. En efecto, la mayoría queremos una ciudad más moderna, más verde, más justa socialmente, y que Tarragona aproveche con eficacia las grandes oportunidades que tenemos de antemano.

Los resultados electorales también demostraron que los pactos de perdedores (es decir, aquellos que no tienen nada en común más allá de ir a la contra de lo que gana las elecciones) no funcionan. Y la que la ciudadanía les rechaza electoralmente cuando tiene la oportunidad de expresarse en las urnas.

Hoy, dos años después de aquel lema “Ilusionado con Tarragona”, estamos viendo como los grandes retos tradicionales de la ciudad han dejado de ser históricos y ahora son realidades tangibles. La plataforma del Miracle ya es historia, volviendo a la ciudad una playa más natural y menos artificial; la Tabacalera ya cuenta con inversiones reales como los primeros estudios universitarios de educación física en la ciudad; el presupuesto para los colectores definitivos en la Parte Baja para evitar las inundaciones es un hecho tangible y el Banco de España va abriendo a los ciudadanos y ciudadanas sus puertas para poder llevar a cabo actividades culturales.

Tarragona vuelve a estar de pie y en marcha, es evidente.

También es de justicia decir que el gobierno de la Generalitat, liderado por el presidente Salvador Illa, está revirtiendo la deuda histórica que tenía con Tarragona: la Ciudad Residencial abrirá de nuevo dotando de nuevos equipamientos públicos a la ciudad por Levante. Las obras del nuevo Hospital Juan XXIII ya son una realidad y pronto veremos la Ciudad de la Justicia.

Como diputada os puedo asegurar que en el Parlamento se habla de Tarragona en cada sesión plenaria. Eso, hacía mucho tiempo que no pasaba. Por fin, el ayuntamiento, la Generalitat y el dinamismo de la sociedad tarraconense trabajan conjuntamente, de común acuerdo, y los resultados están a la vista.

Esta ciudad y todos vosotros os lo merecéis. Somos una ciudad patrimonio de la humanidad (no lo olvidemos) con una tradición ancestral de defensa de la libertad y del progreso para todos.

¿Eso quiere decir que esté todo solucionado o que no haya cosas que rectificar? En absoluto. Sabemos que hay problemas, por ejemplo, el acceso real de los jóvenes a una vivienda digna, pero también sabemos que tenemos unos potenciales inmejorables.

El primero, volvemos a tener un equipo de Gobierno coherente, cohesionado, con las ideas claras y con la ambición política de hacerlas llegar a buen puente.

Segundo, tenemos un alcalde con liderazgo. Repito, con liderazgo, capaz de batallar donde sea y con quien sea para defender los intereses de nuestra ciudad y de su gente. Y eso es muy importante porque sin liderazgo, como el que demuestra cada día el alcalde Viñuales, no hay acción política eficaz, y sin eso no hay resultados.

Tercero, tenemos un Gobierno de la Generalitat que cree en Tarragona, que invierte en Tarragona y que está a nuestro lado. ¡Y, muy importante! que no decide encerrado en un despacho de Barcelona sino que escucha en el territorio. Y eso también es fundamental…

Sume todo este bagaje político al empuje increíble que tenemos la gente de Tarragona y constataréis que los mejores días de Tarragona -una ciudad milenaria- están por venir. Creedme, están por venir…