La campaña de la basura de Tarragona huele mal

25 de mayo de 2023 a las 19:06h

En el recuerdo de todos quedará el descrédito de ciertas opciones políticas durante esta intensa campaña electoral. Hace unos meses el concejal de Medio Ambiente, Jordi Fortuny, presentó la licitación del contrato más importante de la ciudad, con grandes expectativas de mejora respecto al contrato actual. Sin embargo, la sorpresa llegó cuando ninguna empresa mostró interés y el contrato quedó desierto. No debería sorprendernos que, con un socio anticapitalista, el gobierno no haya conseguido convencer a las empresas de prestar el servicio sin obtener beneficios o incluso asumiendo pérdidas.

Ante este fracaso, Fortuny salió a defender la calidad técnica del trabajo realizado, e insinuó prácticas oscuras de las empresas. Poco después corregía y atribuía la falta de interés a las variaciones de los precios del mercado, las subidas de los tipos de interés y la crisis actual... ¿Pero no es más probable que su extremismo les haya llevado a licitar un concurso inviable? En lugar de una reflexión autocrítica, nos encontramos con una defensa a ultranza.

 

En primer lugar, se enfrentaron a los trabajadores, generando un clima de confrontación nunca visto. Después, iniciaron una campaña de desprestigio contra la empresa actual. Lo que durante casi 4 años fue paz, en tan solo 4 meses se convirtió en una verdadera batalla campal: supuestas conspiraciones entre empresas, la "desaparición" de 540 contenedores, la mezcla de residuos de diferentes contenedores, el presunto incumplimiento salarial a los trabajadores. Mientras tanto, el concejal y sus técnicos se aliaban con sus socios de gobierno, y se dejaban ver en la proyección de un documental anticapitalista, contra la concesionaria actual, bajo el lema ya conocido de "el negocio de la basura huele mal".

Y con este escenario, antes de las elecciones, el gobierno ha aprobado de nuevo el contrato más importante de la ciudad, con el voto de calidad del alcalde. ¿Habrán hecho bien los cálculos esta vez? ¿A qué se debe tanta prisa por licitar? ¿No sería más ético dejarlo en manos del próximo gobierno, sea cual sea? Quizás el negocio de la basura realmente huele mal, pero no el hedor que nos quieren hacer creer...

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C CIUTAT
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