El hermano de un bebé presuntamente robado en 1963 en el hospital ha llevado el caso a los juzgados de Figueres.
El afectado Ricardo López quiere que se investigue el supuesto robo de su hermana recién nacida y a quien en los documentos oficiales hicieron constar como un aborto de seis meses de gestación.
La fiscalía de Girona ya abrió una investigación en 2011 después de que la asociación ANADIR incluyera este caso en los 300 que presentó ante la fiscalía del estado para que investigara esta práctica extendida durante el franquismo y confirmada por la justicia. El caso, sin embargo, acabó archivado por falta de pruebas y ahora López ha decidido abrir la vía judicial.
El caso salió a la luz hace 12 años y después de un largo periplo ahora llega al juzgado de Figueres. En la denuncia que se ha presentado ante el juzgado de primera instancia e instrucción 7, cuenta con el apoyo de la Plataforma Foro Internacional de Víctimas por Desapariciones Forzadas Infantiles 'Te estamos buscando' y se remonta al 27 de abril de 1963.
Según recoge la denuncia, aquel día –tres después de que los padres de López llegaran a Vilanant procedentes de Málaga- su madre se puso de parto por la noche. A las once de la noche nació su hermana en el hospital de Figueres y, según detalla el escrito, la pusieron en una habitación continua a la de la madre.
"Estuvo toda la noche y la mañana siguiente porque mi madre la oía llorar y venía una enfermera a cuidarla y hablaba con ella de los cuidados", explica. Todo dio un giro, sin embargo, hacia la tarde de aquel día cuando le dijeron a su madre que su hija había muerto. "Más tarde, se le acercó una mujer de la limpieza y le dijo que no se creyera a las monjas, que su hija estaba viva", recoge la denuncia.
Más tarde, su padre llegó de trabajar y cuando su madre le dijo lo que había pasado, pidió ver el cadáver, pero "las monjas le dijeron que su hija ya estaba enterrada en el patio del hospital, en una fosa común". "Al cabo de dos días fueron al hospital muy enfadados y desde entonces han sabido siempre que tenían una hija robada", añade.
Más de una década buscando la verdad
Hace unos años después de descubrir los hechos, Ricardo decidió acudir al Registro Civil y allí descubrió que los datos de su madre estaban equivocados –constaba como Clara en lugar de Carmen- pero lo que más le extrañó fue ver que constaba un aborto de seis meses. "El parto de mi madre fue un parto normal, de nueve meses, y, además, ponía que la muerte se produjo al nacer", detalla la denuncia. Entonces decidió denunciar la falsificación del documento oficial del registro.
A mediados de 2011 la Fiscalía abrió investigación y ordenó a la Policía Nacional que indagara. Se intentó localizar a la mujer de la limpieza que le dijo a la madre que su hija estaba viva y se interrogó al médico que asistió al parto. En su declaración, sin embargo, el doctor aseguró que la firma del documento que acreditaba la defunción del bebé no era suya y que la habrían hecho desde la funeraria.
"Iré hasta el final"
La fiscalía, sin embargo, archivó el caso porque aunque consideraba que los hechos podrían constituir un delito de falsificación de documento público, no había ninguna vía de investigación porque el trabajador de la funeraria en cuestión había muerto y, además, el delito ya habría prescrito.
Ahora, aprovechando la puerta que ha abierto la Ley de la Memoria Histórica, el afectado ha decidido emprender la vía judicial para que se investiguen los hechos y "se persiga la responsabilidad penal de los que hayan tenido una participación punible". López quiere que se llegue al fondo de la cuestión y, aunque no tiene muchas esperanzas de encontrar a su hermana, avisa de que llegará "hasta el final".