El fiscal quiere que la causa abierta al conductor kamikaze que provocó el accidente mortal en la AP-7 en la Jonquera (Alt Empordà) cuando conducía en dirección contraria huyendo de la policía francesa el 10 de junio pasado se instruya por homicidio intencionado y, por lo tanto, que el caso lo acabe juzgando un jurado popular.
En un escrito presentado al juzgado, argumenta que el motivo del investigado para conducir en sentido contrario no fue "fruto de una equivocación", sino porque llevaba 15,20 kilos de marihuana y 1,32 kilos de hachís en el coche y no quería que lo atraparan: "Tenía que representarse como probable que pudiera colisionar frontalmente con un vehículo causando la muerte de una persona, como así ocurrió". La víctima era un hombre de 61 años.
Poco después de las once de la noche del 10 de junio, la sala de coordinación de los Mossos d'Esquadra recibió el aviso del accidente en el punto kilométrico 1 de la AP-7, en sentido norte. La reconstrucción de los hechos indica que el investigado conducía un coche en dirección a Francia cuando detectó la presencia de la Policía Nacional francesa. Entonces, hizo un cambio de sentido y empezó a circular en dirección contraria por la autopista.
Otro conductor, que se encontró el coche de frente, alertó a los agentes, que persiguieron el vehículo para interceptarlo. El coche sospechoso acabó chocando frontalmente con otro vehículo que circulaba "correctamente". Como resultado de la colisión, el conductor y único ocupante del otro coche murió en el acto. La víctima era un hombre de 61 años y nacionalidad polaca, según informó el Servei Català de Trànsit (SCT). El conductor que causó el choque, de 22 años y origen francés, sufrió heridas leves.
Dentro del vehículo fugado, los agentes localizaron droga. En concreto, había 15,290 kilos de marihuana repartidos en dos bolsas y 1,320 kilos de hachís. Los Mossos d'Esquadra arrestaron al conductor.
El hombre pasó a disposición del juzgado de instrucción 6 de Figueres el día 12 de junio. El magistrado decretó prisión provisional, comunicada y sin fianza por delitos contra la salud pública, contra la seguridad vial por conducción temeraria con desprecio por la vida de los demás y homicidio por imprudencia grave.
El fiscal del caso, Víctor Pillado, considera que no fue una imprudencia sino un homicidio intencionado por dolo eventual porque el conductor "tenía que representarse como probable" que, conduciendo en dirección contraria por la AP-7, podía provocar un accidente "causando la muerte de una persona, como así ocurrió". Por eso, quiere que la investigación se siga por homicidio doloso y que el caso lo acabe juzgando un jurado popular.
En el escrito que ha presentado al juzgado, el fiscal indica que el accidente no fue "fruto de una equivocación": "El investigado, en el momento de hacer el cambio de sentido por el carril, viendo vehículos viniéndole de frente e incluso esquivando uno, a las velocidades por las cuales se circula por una autopista, de manera necesaria debe representarse como probable una colisión frontal con resultado de muerte".
Cuando pasó a disposición judicial, el conductor negó los hechos y alegó que viajaba de acompañante en el vehículo y que no sabía que había drogas. Ahora, su abogado, Daniel Muntada, ha afirmado que el investigado asumirá la responsabilidad, pero apunta que el conductor no se representó en ningún momento que pudiera matar a alguien. "Es un joven sin antecedentes ni policiales ni judiciales. Tomó una serie de malas decisiones, pero, en aquel momento, estaba sometido al estrés de huir de la policía y no se imaginó qué podía pasar", remarca.
El fiscal, sin embargo, lo apuntala con jurisprudencia del Tribunal Supremo concluyendo que causar la muerte de una persona por circular en sentido contrario es un delito de homicidio intencionado, cosa que también aumenta el rango de pena que le podrían imponer al procesado (de los 4 años y medio máximo por homicidio imprudente a los 15 de condena máxima por homicidio intencionado).