Ante el agravamiento de la sequía y las restricciones a piscinas que supondrá la inminente entrada en emergencia, la solución para poder bañarse con el buen tiempo implica llenarlas con agua de mar. Y ya hay particulares, comunidades y también negocios -como hoteles- que apuestan por ellos.
Lo testimonia la empresa Aquamarina Costa Brava, con sede en Montclar (Baix Empordà), que ha empezado a llenar piscinas con agua captada directamente desde un barco en el litoral de L’Alt Empordà, que se envasa y se vende como agua de mar microfiltrada. Como explica su socia fundadora, Judit Puig, muchos motores ya están preparados para soportar su salinidad. En plena temporada baja, Aquamarina ya tiene más de una veintena de peticiones y la lista de espera crece día tras día.
Con la situación recurrente de falta de lluvias, y la sequía persistente que va a más, esta empresa ampurdanesa ha diversificado la actividad. “No podemos regar campos con agua de mar, pero sí que de alguna manera, con las piscinas, intentamos ofrecer una solución ante las restricciones”, explica Puig.
El agua de mar se transporta desde el punto de captación hasta la piscina con camiones cisterna de 24.000 litros. De entrada, según concreta Puig, no hay que tratarla y se puede verter directamente. Eso sí, los clientes deben asegurarse de que el motor que tienen instalado -en aquellos casos en que la piscina ya sea de agua salada- es adecuado.
“Básicamente, lo que diferencia la una de la otra es la salinidad; en el caso de las piscinas de agua salada, esta suele estar en 6 gramos por litro, mientras que el agua de mar la tiene mucho más elevada, de 36 gramos”, concreta la socia fundadora de Aquamarina. “Generalmente, sin embargo, los motores de piscinas de agua salada también están preparados para tenerla de mar.“, especifica Puig. Una vez que la piscina se vacíe, el agua de mar debe verterse a la red de lluvias.
La empresa está preparada para llegar a llenar entre dos y tres piscinas cada día. Ofrece el servicio tanto en comarcas gerundenses como en el área de Barcelona. Hace poco que lo ha puesto en marcha, y de momento ya ha recibido más de una veintena de peticiones y la lista de espera crece día tras día. Son tanto de particulares, como de comunidades de vecinos o de negocios (como hoteles o campings).
“La gente se ha dado cuenta de que el agua de mar, en estos momentos, es la única alternativa“, explica Judit Puig. Y de hecho, Aquamarina ya trabaja para tener más camiones cisterna. Consciente, también, de que si la sequía revierte, esta alternativa “seguirá siendo buena en un futuro, porque el agua de mar es un recurso abundante que permite aligerar la presión sobre aquellos otros hídricos“, concreta la socia fundadora.
Por su parte, la bióloga y responsable de Calidad y Seguridad Alimentaria de Aquamarina, Anna Fauquet, explica que a la hora de captar el agua de mar en la Costa Brava, siempre se tienen en cuenta diferentes factores -como las condiciones climatológicas- para asegurar su calidad. “De esta manera, la podemos transportar y suministrar directamente a los clientes”, precisa.
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