Hay noticias que se escapan a nuestra comprensión; esta es una. Stephen Boden y Shannon Marsden han sido declarados culpables por el asesinato de su bebé Finley Boden, de solo 10 meses, que murió en la Navidad de 2020.
Según la autopsia, Finley sufrió 57 fracturas incluidas 17 costillas, una clavícula, una muñeca, una clavícula, el fémur izquierdo, la tibia derecha y los dos muslos. Las autoridades también encontraron que el bebé tenía 71 hematomas y dos quemaduras que fueron causadas en múltiples agresiones.
UN MES DE CALVARIO
Finley Boden solo hacía un mes que vivía con sus padres, cuando su vida terminó de forma brusca. Boden de 30 años, y Marsden de 22 años, habían perdido la custodia días después de nacer. Sin embargo, la pareja logró que un tribunal familiar ordenara que Finley les fuera devuelto.
En noviembre de 2020, un trabajador social notó que el bebé tenía un chichón en la frente. Sus padres alegaron que se había golpeado con un juguete.
En la madrugada del 25 de diciembre se recibió una llamada de emergencia desde casa de los Boden, en Chesterfield (Reino Unido). Los paramédicos llegaron y Finley fue trasladado de urgencia al hospital, pero los médicos no lo pudieron reanimar.
Al examinar el cuerpo, los médicos encontraron más de 100 heridas. Un pediatra especialista opinó que ninguna de las fracturas podía explicarse por acontecimientos normales, y que creía que Finley sufrió “dolor intenso y prolongado” antes de su muerte.
La jueza Tipples, felicitó a los miembros del jurado popular después de emitir el veredicto y, dada la duración de este caso y la terrible naturaleza de los hechos, los descargó del servicio de jurado de por vida.
Mientras hablaba, al menos cuatro miembros del jurado lloraban, mientras los acusados estaban sentados en silencio, inmóviles, con los brazos cruzados y mirando al suelo.