Tarragona, una de las ciudades europeas con más presencia de cocaína en las aguas fecales

Según los últimos datos del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, la presencia de ketamina en las aguas residuales de Barcelona ha experimentado un alarmante aumento del 77,2% durante el año 2023. Este incremento coincide con una tendencia preocupante en Europa, donde el consumo de esta sustancia psicoactiva está en ascenso.

No sólo la ketamina ha visto un incremento significativo, sino que la detección de MDMA también ha aumentado un 20% respecto al año anterior en las aguas de la capital catalana. Estos datos reflejan una tendencia regional, ya que el consumo de estas sustancias está en alza en toda Europa, según los análisis de las aguas residuales.

Además, el informe señala un aumento persistente de restos de cocaína en las aguas, aunque los niveles se han estabilizado en el último año. La ciudad de Tarragona destaca como la segunda ciudad europea con una presencia más alta de cocaína en sus aguas residuales, después de Anvers, en Bélgica.

En cuanto al cannabis, Barcelona lidera en España en cuanto a la presencia de este estupefaciente en las aguas residuales y ocupa el tercer puesto en el ranking europeo, detrás de Rotterdam y Basilea. Además, todas las ciudades catalanas analizadas han experimentado un aumento en los niveles de cannabis en sus aguas residuales.

El cannabis sigue siendo la droga ilícita más consumida en Europa, con alrededor de 22,6 millones de consumidores estimados el año pasado. Las encuestas sugieren que alrededor del 8% de los adultos europeos han consumido cannabis durante el último año.

El análisis de las aguas residuales de ciudades europeas indica que el consumo de cocaína sigue siendo más alto en el oeste y sur del continente, especialmente en Bélgica, los Países Bajos y España. También se observa una tendencia al alza en el consumo de MDMA en varios países europeos, incluyendo Bélgica, Francia, Alemania, los Países Bajos y España.

Aunque el consumo de metanfetamina ha sido históricamente bajo en la mayoría de los países europeos, se ve su presencia en lugares como Bélgica, el este de Alemania, España, los Países Bajos y Turquía, además de su concentración en la República Checa y Eslovaquia.