El nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) de Tarragona encara la recta final para la aprobación inicial, prevista para principios del próximo año.
El alcalde Rubén Viñuales ha dejado claro que es un POUM pensado para una calidad de vida mayúscula. Un plan que “definirá la ciudad de aquí a 30 años”. Además, un plan que permitirá crecer Tarragona unos 56.000 habitantes, cifra que ha pedido el consejero de Territorio, Nacho García Latorre, que se antoja muy aproximada.
El consejero, acompañado por el equipo redactor del documento urbanístico, se ha reunido esta mañana con los diferentes grupos municipales del Ayuntamiento de Tarragona para darles a conocer los detalles de la propuesta técnica de un instrumento urbanístico “que ha incorporado la mayoría de sus aportaciones. Es un documento perfectamente asumible por todos los grupos políticos. Es un POUM pensado para una Tarragona de 180.000-200.000 habitantes que tiene que contar con el consenso de todos los grupos municipales porque es un POUM de ciudad”. De hecho, tanto García como Viñuales han destacado que las reuniones con los diferentes grupos han sido positivas.
El nacimiento de un nuevo barrio, la cabida de más habitantes, una nueva estación de tren y una nueva centralidad marcarán el futuro de la ciudad si este POUM se aprueba.
Otro de los elementos clave es el incremento de la superficie de Anillo Verde, ya que se incorporan aquellos suelos hoy clasificados como no urbanizable que, por razones ambientales o estructuradoras de territorio, se considera necesario que continúen siendo no urbanizables. De esta manera se ganan espacios verdes urbanos y así se consigue cerrar el Anillo Verde por Poniente.
Otra de las novedades es la potenciación de los espacios agrarios, hoy muchos abandonados.
Pero si algo destaca del nuevo POUM es la Huerta Grande que se convierte en la gran rótula urbana y territorial de cohesión de la ciudad. “La posición central de l’Horta Gran hará que se transforme este espacio en una infraestructura verde, ya que conectará con el Anillo Verde y la renaturalización del espacio fluvial del Francolí. Este será el gran cambio que incorporará el nuevo POUM generando muchos refugios climáticos por la ciudad”, subraya el alcalde.
De hecho, la Huerta Grande aspira a ser el gran elemento cohesionador de la ciudad. “Permitirá crear una nueva centralidad urbana y, al mismo tiempo, aportar esa cohesión de la que hablamos tanto entre los barrios de Poniente y el centro de la ciudad, pero que todavía no existe”. Y añade el consejero de Territorio: “De ahí que Tarragona necesite una estación justo en este punto, porque se convertirá en la nueva centralidad”.
El nuevo documento que se está redactando y que han presentado hoy, también prevé el traslado de la CLH y, por tanto, también la antigua Laboral. “Mantenemos dos posibles ubicaciones: el PP-9, detrás de los barrios de La Albada y La Floresta o entre Campclar y Bonavista. Continuamos hablando con la Generalidad de Cataluña para decidir la ubicación”, explica el consejero de Territorio. Asimismo, ha remarcado que “este POUM contempla, por primera vez, un reparto de vivienda social en toda la ciudad”.
El entorno del Río Francolí será el otro punto fuerte de esta nueva herramienta de planificación urbanística. La transformación del Río Francolí en un parque fluvial, con la Tabacalera como protagonista, es otra de las claves que recoge el documento presentado hoy. “La Tabacalera, el parque fluvial del Francolí con l’Horta Gran marcarán la nueva centralidad de Tarragona”, remarca el alcalde Viñuales. Y con este edificio que se abrirá en la ciudad nacerá también el nuevo distrito tecnológico que se dibujará al otro lado del río Francolí. Con el traslado del Exolum (antigua CLH) se podrá reorganizar todo este entorno hasta el polígono industrial del Francolí. “La recuperación de la antigua fábrica de tabacos en un centro cultural, educativo y tecnológico será clave para el cambio radical que experimentará esta parte de la ciudad. La nueva centralidad de la ciudad se situará en este punto donde habitarán empresas tecnológicas que convivirán con el uso residencial que también tendrá esta zona. “La transformación de esta zona industrial será radical, ya que ahora tenemos un polígono desfasado que pasará a ser un distrito potente, renovado y con proyectos transformadores de la economía de la ciudad”, añade el alcalde.
Una zona que, según presenta la maqueta, será más amable para los peatones, pudiendo cruzarla sin problemas con más puentes.
Otro de los ejes clave del nuevo documento es el crecimiento para Levante. Por el Valle del Llorito está dibujada una propuesta redimensionada respecto al antiguo POUM. También se contempla recuperar el plan parcial de Mas d’en Sorder, con la construcción de viviendas y la recuperación del hotel. Ahora bien, la Budallera seguirá siendo, gran parte, no urbanizable.
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