Esquerra Republicana reafirma su compromiso con el Camp de Tarragona como territorio clave para la reindustrialización de Cataluña. Es por ello que, en el marco de la tramitación de la ley de impuestos a las multinacionales, que se encuentra en tramitación en el Congreso de los Diputados, los republicanos defienden un modelo económico que impulse una industria sostenible y fuerte, que genere puestos de trabajo de calidad y que camine hacia una transición ecológica justa en nuestro país. Un modelo que implica hacer compatible una fiscalidad justa con el apoyo a la reindustrialización del país.
“Apostamos por un sistema fiscal que distribuya de manera equitativa los impuestos, donde las grandes corporaciones energéticas hagan una contribución equilibrada en impuestos, alineada con los beneficios que generan anualmente. Un impuesto a las energéticas que implique una fiscalidad justa, y, al mismo tiempo, el mantenimiento de la industria y los puestos de trabajo”, explica el diputado republicano por Tarragona, Jordi Salvador.
Precisamente, un ejemplo destacado de esta apuesta estratégica es, sin duda, la inversión de REPSOL en Tarragona. “Por un lado, ofrece puestos de trabajo de calidad para la población local, reforzando el tejido social del territorio. Además, representa una iniciativa decidida que combina fondos europeos, apoyo gubernamental e inversión privada para desarrollar una planta pionera. Y por otro lado, también contribuye a la transición ecológica del país en el ámbito de transformación de residuos”, explica Salvador.
En este sentido, el diputado de ERC insiste en que “queremos gobiernos que se impliquen en la reindustrialización del país, como el gobierno republicano hizo en el caso de Lotte y muchos otros proyectos en el Camp de Tarragona. Exigimos al PSC y al PSOE que en ningún caso ponga en riesgo estos proyectos y se implique hasta donde sea necesario, con inversión pública y acompañamiento”.
Es por todas estas cuestiones que ERC plantea una serie de medidas fiscales, con impuestos a las energéticas, que no sólo no impiden el desarrollo de proyectos como el de REPSOL en Tarragona, si no que, por el contrario, se beneficiará de las deducciones por inversiones estratégicas.
En este sentido, los republicanos proponen:
• Un impuesto permanente a la banca. Ante los beneficios récord del sector financiero, ERC defiende que este impuesto se consolide para garantizar una contribución justa.
• Aumento del IRPF por rendimientos de capital, con un incremento del 6%, para equiparar los impuestos de los rendimientos de capital a los de los trabajadores.
• Actualización de los impuestos al tabaco para combatir el consumo y aumentar la recaudación en este sector.
• Impuesto a las energéticas. Grabar los beneficios de las empresas energéticas con ingresos superiores a los 700 millones de euros. Este impuesto incluye una deducción por inversiones en transición ecológica que fomenten la creación de puestos de trabajo, como es el caso de la planta de metanol circular de REPSOL en Tarragona.
• Incentivos para la inversión en I+D empresarial.
• Absorción de la fiscalidad del diésel con la de la gasolina.
“Defendemos una reindustrialización del país que genere puestos de trabajo de calidad y refuerce nuestra soberanía energética y tecnológica, donde el gobierno de la Generalitat y el resto de administraciones jueguen un papel clave en el guía de la política económica de nuestro país”, reflexiona Salvador. En definitiva, una apuesta clara por una fiscalidad justa, donde los impuestos que gravan las empresas, las actividades energéticas y financieras, los grandes patrimonios y los rendimientos de capital, permitan el mantenimiento y sostenibilidad del estado del bienestar. Y una transición ecológica justa que avance hacia la descarbonización mientras asegura puestos de trabajo de calidad. “Es necesaria una apuesta clara por un modelo de desarrollo que vaya de la mano del progreso económico, de la justicia social y la sostenibilidad”, cierra.