Ubasart asegura que nada hacía pensar que el preso de Mas Enric mataría a la cocinera

La consejera de Justicia, Gemma Ubasart, ha comparecido este jueves en el Parlamento de Cataluña para dar más detalles sobre el asesinato de una cocinera de la cárcel de Mas Enric a manos de un preso.

Según ha explicado, la evolución del preso era “favorable” y nada hacía prever que matara a la cocinera. Con todo, ha admitido que en octubre pasado este preso cometió una agresión a otro interno y que no quiso participar en intervenciones psicosociales porque no tenía incentivos para progresar de grado, ya que no tenía red social ni familiar fuera de la cárcel.

En su comparecencia, Ubasart ha recordado que actualmente en el CIRE trabajan 3.412 internos y que en los 40 años que la Generalitat tiene competencias en cárceles nunca un interno había matado a un trabajador.

En cuanto al preso que mató a la cocinera, ingresó en Mas Enric en el año 2016, tras entregarse en una comisaría de los Mossos d’Esquadra y confesar que había matado con un cuchillo a una mujer con quien había mantenido contactos previamente.

El juicio se celebró en el año 2018 y el hombre fue condenado a 11 años de prisión. Lo clasificaron en segundo grado, en régimen ordinario. Desde ese momento, el comportamiento del preso en prisión había sido correcto y nunca tuvo conflictos importantes.

Por este motivo, con buena conducta y siendo “digno de confianza”, consideraron que su riesgo de reincidencia y de violencia intrainstitucional fue siempre bajo, excepto en mayo de 2020 debido a la pandemia, cuando fue medio.

Siempre obtuvo buena nota en todas las evaluaciones de comportamientos o participación en talleres y el trabajo del CIRE, excepto en octubre del año pasado, cuando clavó un golpe de puño a otro preso argumentando que lo insultaba.

El hombre reconoció los hechos y no se enfrentó con los funcionarios que lo aislaron en su celda, donde estuvo 11 días como sanción. Los funcionarios le pidieron que participara en actividades de intervención psicosocial, pero se negó porque no tenía familiares ni amigos fuera de la cárcel y colegio. no estaba interesado en subir de grado, un hecho que le habría permitido tener más beneficios e incluso regímenes de salidas de la cárcel.

El preso estuvo cuatro años trabajando en la cocina, excepto durante la sanción por la agresión de 2023, y nunca nadie se quejó contra él. De hecho, según recoge ‘ACN’, fueron los responsables de la cocina quienes pidieron su readmisión tras la sanción.

Medidas de seguridad

Con relación a las medidas de seguridad, Ubasart ha asegurado que las herramientas y cuchillos peligrosos de la cocina están custodiados dentro de un armario en el búnker de funcionarios. Allí, un funcionario entrega las herramientas necesarias a los presos una vez se han vestido, con un registro de identidad.

Cuando terminan su turno de trabajo, los internos tienen que devolver las herramientas y nadie puede salir hasta que se hace el recuento de útiles. Tanto cuando entran como cuando salen, los presos pasan por un detector de metales, y durante el turno de cocina hay presencia de personal de régimen interior para vigilar y mantener la convivencia en las instalaciones.

La consejera avanzó el martes que estaba previsto un aumento del personal funcionario de vigilancia y que se reforzará en la cocina para evitar que nunca ningún trabajador se quede solo con algún preso.

Además, ha asegurado que se revisarán los protocolos y los espacios y que se formará el personal del CIRE sobre los nuevos perfiles de internos y formas de atención y trabajo en los centros penitenciarios.