El Ayuntamiento de Altafulla lleva a cabo la última fase de la renaturalización del Parque de Voramar: plantando vegetación autóctona en el cordón dunar que se ha reconstruido este mes de diciembre con la arena acumulada en el parque los dos últimos años. Esta vegetación debe contribuir a retener esta arena, creando una barrera natural ante el oleaje y también un reservorio para la playa del paseo marítimo. La plantación se lleva a cabo con el apoyo de los alumnos del Plan de Transición al Trabajo (PTT) de Altafulla y la Brigada municipal.
La coalcaldesa, Alba Muntadas, ha señalado que se trata de especies de plantas que no son muy vistosas, pero tienen unas raíces muy profundas y contribuyen a mantener la arena. Las plantas arbustivas son tamarindo, que se plantan más atrás y las herbáceas más en primera línea, ya que son más resistentes a los embates del mar.
“Esperamos que cuando haya temporales, esta duna evite que entre arena y agua en el parque y si queda dañada actuaremos para arreglarla. Será necesario un mantenimiento de la duna sobre todo cuando haya temporales, rehaciendo la duna y replantando vegetación”, explica Muntadas. El temporal de abril de 2022 rompió la duna y como no se reconstruyó se ha ido degradando y se ha acumulado arena en este parque.
En diciembre pasado se retiraron 350 metros cúbicos de arena y se reconstruyó un cordón dunar de unos 200 metros de longitud, de punta a punta del parque para protegerlo de los temporales y mitigar sus efectos. También se ha reconducido el agua de la lluvia y en el último episodio de lluvias, la semana pasada, se ha comprobado que ahora ya no queda el agua detrás de las dunas, que es otra fuente de erosión.