Un hombre ha aceptado este jueves dos años de prisión, que sustituirá por su expulsión en Ecuador, país de origen, por haber abusado sexualmente de una paciente en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona en febrero de 2020. El hombre, que hacía un posgrado como médico residente de primer año en el servicio de cirugía torácica, introdujo dedos en el ano y la vagina de una mujer con problemas estomacales haciéndole creer que era para hacer un buen diagnóstico. Además, la llamó una vez dada de alta para quedar con ella. Fiscalía, acusación y defensa han pactado la pena y el juicio que se iba a realizar este jueves en la Audiencia de Barcelona, no se ha celebrado.
Según la sentencia, hacia las 12.30 horas del 18 de febrero, una paciente llegó a urgencias por molestias estomacales e intestinales, y fue atendida por varios sanitarios. En un momento determinado, y cuando la paciente estaba en la sala de espera, el hombre “atraído por ella y movido por un simple afán lúbrico ajeno a ningún interés sanitario”, llamó a la mujer y la hizo pasar a una consulta o sala de cuidados. Le hizo sacar los pantalones y la ropa interior, y le pidió que se tirara de bocaterrosa en la camilla para explorarle “puntos sacros” y hacerle un tacto rectal. La mujer aceptó, pensando que era necesario para un diagnóstico correcto.
El hombre le hizo un masaje en los glúteos con las dos manos y con aire “lascivo”, le introdujo un dedo en el ano, lo que le causó mucho dolor a la mujer, agravado por la inflamación de colon que sufría. La mujer siguió en urgencias y al día siguiente ingresó a una habitación del servicio de gastroenterología, con el que el acusado no tenía ningún vínculo.
Sin embargo, la tarde del 19 de febrero, el hombre fue hasta allí. Hizo salir a dos amigas que visitaban a la paciente, dijo a la mujer que le tenía que hacer otro tacto rectal y repitió la acción del día anterior. Al día siguiente, día 20, volvió a visitarla por la tarde y por la noche. En estas ocasiones la hizo poner de cuatro patas encima de la cama y le introdujo dedos en el ano y la vagina.
Por otra parte, entre el 18 de febrero y el 1 de marzo el hombre consultó el historial médico de la mujer diez veces y se apuntó el número de teléfono, que utilizó para contactar con ella. El 21 de febrero le llamó cuatro veces desde un número oculto, y en la cuarta ocasión pudo hablar con ella y pedirle quedar porque la quería conocer más. La mujer se negó . Días más tarde insistió con mensajes de whatsapp, pero la mujer se negó otra vez.
A raíz del acuerdo, la fiscalía ha retirado la acusación por descubrimiento de secretos y todas las partes se han conformado con dos años de prisión por abuso sexual continuado, con los atenuantes de reparación del daño, ya que ha indemnizado a la víctima con 20.000 euros, y dilaciones indebidas. Tampoco podrá comunicarse o acercarse a la víctima durante cinco años más, y estará en libertad vigilada durante cinco años. La pena de prisión se sustituye por la expulsión de España y la prohibición de volver a entrar durante cinco años.
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