Ha tardado 19 años, pero Jesús Pradeles Herrero ha acabado confesando el asesinato de su pareja, Juana Canal, en febrero de 2003.
Juana Canal Luque desapareció entre el 22 y el 23 de febrero de ese año. Entonces, Jesús, pareja de Juana en aquel momento, fue interrogado por la Policía.
Él sostenía que la mujer se había marchado de casa después de una discusión, e incluso así se lo explicó a un hijo de Juana, que volvió a casa y no la encontró.
Encuentran restos del cuerpo
Diecinueve años después, una persona que paseaba cerca de una finca en Ávila encontró restos óseos que resultaron ser de Juana.
Los investigadores acabaron encontrando más restos en una zona próxima a una finca de familiares de Jesús, aunque fuera de sus terrenos. Esto explicaría por qué en su día no se encontraron restos investigando la zona.
Después de ser interrogado, de nuevo, por la Policía, Jesús confesó que la encontró muerta y la descuartizó. Ahora, el asesino ha confesado que sí que la mató.
Una noche fatídica resuelta 19 años después
La noche de su desaparición, Juana y Jesús tuvieron una fuerte discusión que acabó con una llamada a la policía por parte de ella.
Cuando los agentes se presentaron en el domicilio, ambos dijeron que solo había sido una discusión de pareja y él afirmó que recogería sus cosas y se marcharía de la casa.
Una vez los policías se marcharon, Jesús volvió a agredir a Juana y la acabó matando de un golpe, aunque de forma involuntaria. Ante esta situación, el hombre cortó su cuerpo en dos trozos.
El autor del crimen dejó una nota al hijo de la víctima
El hijo mayor de Juana, Sergio, había salido de fiesta aquella noche y se tenía que quedar a dormir en casa de un amigo. Pero como tenía que volver a casa al día siguiente, Jesús tuvo miedo de que sospechara algo.
Por este motivo, Jesús dejó una nota donde explicaba que su madre se había marchado después de discutir y que no conseguía encontrarla. Cuando Sergio llegó, solo encontró la nota.
La situación era muy sospechosa porque la mujer no había cogido ni su teléfono, ni la cartera ni ningún objeto personal.
Los investigadores siempre sospecharon de él y llegaron a investigar la finca familiar de él en Navalacruz, en Ávila. De hecho, fue allí donde el hombre llevó el cadáver de la mujer, metido en dos maletas.
Jesús enterró a Juana a unos 2 km de la casa familiar, motivo por el cual no la encontraron cuando buscaron por la zona ahora hace 19 años.
Jesús rehizo su vida
Como nunca se encontró el cuerpo y no encontraron más pistas, Jesús nunca fue procesado hasta ahora y rehizo su vida.
Actualmente, es vendedor de hamburguesas en un negocio ambulante en ferias y eventos en la provincia de Ávila. También se casó seis meses después del crimen y ha tenido 4 hijos, algunos de ellos aún pequeños.
Se da la circunstancia de que el crimen estaba a punto de prescribir, ya que hace casi 20 años que Juana desapareció.
El destino quiso que un hombre que hacía senderismo por la zona encontrara un hueso de la mujer y avisara a la Policía. Ahora, por fin, la familia de Juana podrá descansar y saber qué pasó de verdad.
