Alertan de que un tercio de los casos de VIH en Cataluña se diagnostican tarde

Los clínicos piden más concienciación social y que el sistema sanitario no pierda oportunidades para hacer pruebas

30 de noviembre de 2025 a las 10:49h
Actualizado: 30 de noviembre de 2025 a las 10:49h

En Cataluña, un tercio de los diagnósticos de VIH se realizan de manera tardía, es decir, cuando el paciente ya presenta una infección oportunista o cuando su sistema inmunitario muestra signos de deterioro. Así lo explica a la ACN el doctor Joaquín Burgos, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d’Hebron, con motivo del Día mundial del sida, el 1 de diciembre. Todo ello evidencia uno de los retos que aún persisten ante un virus que, en cuatro décadas, ha pasado de ser una condena mortal a una condición controlable con tratamientos que permiten una carga viral indetectable y una calidad de vida similar a la del resto de la población.

Burgos, médico adjunto del servicio, subraya que estos diagnósticos tardíos —“la mitad de los que se hacen en Europa”, según la alerta reciente de la OMS, y “uno de cada tres en Cataluña”— continúan siendo uno de los “principales problemas” en el abordaje del VIH, tanto por el impacto individual como por el efecto sobre la transmisión del virus.

Según detalla, “por un lado, estas personas han tenido la infección durante años sin saberlo y han podido transmitir la enfermedad, lo que ayuda a perpetuar la epidemia. Por otro lado, aunque no hayan tenido ninguna infección oportunista y se pongan en tratamiento y la situación mejore, el tiempo que han pasado con la infección del VIH tiene impacto en las comorbilidades del futuro”.

Para revertir esta situación, Burgos defiende que es necesaria más concienciación social, especialmente entre personas heterosexuales y de mayor edad, que perciben poco el riesgo. “Todo el mundo puede contraer la infección por VIH y muchas veces nunca nos testamos”, afirma. También remarca que los profesionales sanitarios deben ser “muy atentos” para no dejar escapar oportunidades de cribado: “Existen las llamadas oportunidades perdidas, cuando una persona ha pasado por el sistema sanitario con una condición asociada a la infección por VIH, pero no se le ha ofrecido el test”.

El médico recuerda que en los hospitales la detección es muy accesible mediante analítica, y que los centros comunitarios disponen de pruebas rápidas de sangre capilar, “con una alta sensibilidad, alta especificidad y muy útiles”.

La prevención y la PrEP, claves para frenar las infecciones

En cuanto a la prevención, la profilaxis preexposición (PrEP) es una herramienta esencial. Se administra a personas con riesgo de contagio y, tal como señala Burgos, “es una estrategia que ha demostrado ser muy eficaz para evitar la infección. Desde el punto de vista científico, si hay una buena adherencia, el 100% no se infecta”. Aun así, reconoce que hay más demandantes que plazas disponibles: “Posiblemente tenemos más usuarios que querrían tomar la PrEP y que por falta de recursos no llegamos a todos ellos”.

Tratamientos eficaces y vidas plenas

En los años 80, infectarse por el VIH era sinónimo de desarrollar sida. Con los primeros tratamientos de los 90 el paradigma cambió, y desde entonces los antirretrovirales han evolucionado hasta ser mucho más potentes y tolerables. Burgos remarca que los actuales son “altamente eficaces”, “se toleran muy bien” y se toman en una sola pastilla al día. También se han introducido tratamientos de larga duración, administrados con una inyección cada dos meses y que en el futuro podrían ser aún más espaciados.

Para las personas diagnosticadas a tiempo y que siguen la terapia, “la calidad de vida es equivalente a las que no tienen el VIH”, destaca. Aun así, continúa habiendo estigma y miedos: “Las personas diagnosticadas nos preguntan: ‘¿Qué pasará con mi vida?’, ‘¿Podré tener hijos?’, ‘¿Podré hacer una vida normal en el trabajo?’”. El mensaje que transmiten desde el servicio es claro: “Haciendo el tratamiento, podrán tener hijos si lo desean y llevar una vida normal”.

Otro punto esencial es que las personas con carga viral indetectable no transmiten el virus. Burgos lo resume así: “Las madres que tienen infección por VIH y que están en tratamiento tienen hijos totalmente sanos. Las parejas serodiscordantes pueden mantener relaciones sexuales sin protección y no se transmiten el virus”. Y concluye: “Tener a las personas diagnosticadas y en tratamiento sería lo que más nos ayudaría a romper la transmisión del VIH”.

La curación, el gran objetivo pendiente

A pesar de los avances, el gran hito de la investigación es todavía la cura del VIH. El virus puede integrarse en células del sistema inmunitario y permanecer latente, para despertarse si se interrumpe el tratamiento. La doctora María José Buzón, responsable del grupo de Enfermedades Infecciosas del VHIR, lo explica así: “El virus puede dormir en las células y, en un momento determinado, despertarse. Si las personas dejan de tomarse los antirretrovirales, el virus volverá a replicarse, ya que existen estos reservorios”.

Un estudio reciente de su equipo, publicado en Nature Communications, describe la diversidad de células donde el virus se mantiene latente. “Es importante saber qué células son para diseñar estrategias dirigidas específicamente a los reservorios virales”, expone Buzón, que defiende la necesidad de combinar fármacos para reactivar y eliminar estos reservorios.

La investigación avanza también para identificar qué partes del sistema inmunitario se deben potenciar para, eventualmente, poder curar a las personas portadoras del VIH.